Georges Bataille , ISIDRO J. CARLEVARI
ACEPHALE
ARENA

Páginas: 120
Formato: 170 mm x 240 mm
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9788415757009

La vida humana está harta de servir de cabeza y de razón al universo. En la medida en que se convierte en esa cabeza y en esa razón, en la medida en que se convierte en necesaria para el universo, acepta una servidumbre. El hombre ha escapado a su cabeza como el condenado a la prisión. Ha encontrado más allá de sí mismo no a Dios, que es la prohibición del crimen, sino a un ser que ignora la prohibición. Más allá de lo que soy, encuentro un ser que me hace reír porque no tiene cabeza, que me llena de angustia porque está hecho de inocencia y de crimen: sostiene un arma de hierro en su mano izquierda, unas llamas semejantes a un sagrado corazón en su mano derecha. Junta en una misma erupción el Nacimiento y la Muerte. No es un hombre. Tampoco es un dios. No es yo, pero es más yo que yo: su vientre es el dédalo en el que él mismo se ha extraviado, en el que me extravío con él y en el que me vuelvo a encontrar siendo él, es decir, monstruo. Georges Bataille EL AUTOR Y SU LIBRO: La vida de Georges Bataille —menos soportable de lo que se presume en una nota biográfica, pero también menos escandalosa de lo que se suele pensar— es el resultado de un recorrido difícil de seguir: hijo imposible de un padre sifilítico y ciego al que quería mucho y de una madre con varios intentos de suicidio, se convierte al cristianismo en 1914 para, con el paso del tiempo, ser uno de los escritores más ferozmente anticristianos; tempranamente cercano al surrealismo y al socialismo fue unos de los primeros y más agudos críticos de ambos en los años 30; autor de obras muy escabrosas, siempre publicadas bajo pseudónimo, las compagina con su trabajo de archivista y bibliotecario; constitutivamente infiel, mantuvo, sin embargo, con varias mujeres una relación extraordinariamente veraz; hombre singular por muchos motivos, no dejó de animar toda su vida la existencia de grupos, revistas y comunidades y supo mantener hasta el último momento la cercanía de sus amigos. Tanto su vida como su pensamiento fueron exacto reflejo del exceso y la pasión que puso en todo lo que emprendió. Parte de la obra de Bataille sólo se conoció despues de su muerte, pero ya eran justamente célebres ensayos como La experiencia interior, La parte maldita, El erotismo o La literatura y el mal. A ellos hay que añadir sus relatos, como Historia del ojo, Madame Edwarda y El azul del cielo. Acéphale es a la vez el nombre de una revista cuyo primer número apareció en junio de 1936 y el de una sociedad secreta cuya actividad comienza a principios de 1937. Ambas nacieron por iniciativa de Georges Bataille. Siendo complementarias, una y otra no cuentan con los mismos participantes y apenas Pierre Klossowski, aparte evidentemente del propio Bataille, participó en las dos. Ambas se disolvieron en 1939, atravesadas por graves disensiones internas y por la precipitación de los acontecimientos en Francia y en toda Europa. El Acéfalo, grito de guerra, fuerza de combate, generado por la «muerte de Dios» tal como fue anunciada por Nietzsche, ni hombre ni Dios, se presenta como un «monstruo» libre e inocente, que viene a trastornarlo todo, promocionando un principio de desorden como nuevo vínculo social destinado a combatir cualquier forma de servidumbre. En él se une el desencadenamiento de las pasiones hasta la locura y la fascinación de la muerte como secreto de la vida. Signo excesivo de tiempos también excesivos. Acéphale, la revista (que se publica en español según su maquetación original), es desde su primer número expresamente una declaración de guerra. Tres son los enemigos que se propone combatir: el fascismo (del que se denuncia su torpe racismo y su burdo manejo de las masas), el socialismo estaliniano (del que se rechaza la exigencia de un liderazgo para vertebrar una comunidad) y el cristianismo (frente al que se propone una nueva religión sin Dios). El comienzo efectivo de la guerra en Europa dejará a Bataille solo, escribiendo en el último número de Acéphale: «Yo soy la guerra».

ACEPHALE

$37.888,00
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Georges Bataille , ISIDRO J. CARLEVARI
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Páginas: 120
Formato: 170 mm x 240 mm
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ISBN: 9788415757009

La vida humana está harta de servir de cabeza y de razón al universo. En la medida en que se convierte en esa cabeza y en esa razón, en la medida en que se convierte en necesaria para el universo, acepta una servidumbre. El hombre ha escapado a su cabeza como el condenado a la prisión. Ha encontrado más allá de sí mismo no a Dios, que es la prohibición del crimen, sino a un ser que ignora la prohibición. Más allá de lo que soy, encuentro un ser que me hace reír porque no tiene cabeza, que me llena de angustia porque está hecho de inocencia y de crimen: sostiene un arma de hierro en su mano izquierda, unas llamas semejantes a un sagrado corazón en su mano derecha. Junta en una misma erupción el Nacimiento y la Muerte. No es un hombre. Tampoco es un dios. No es yo, pero es más yo que yo: su vientre es el dédalo en el que él mismo se ha extraviado, en el que me extravío con él y en el que me vuelvo a encontrar siendo él, es decir, monstruo. Georges Bataille EL AUTOR Y SU LIBRO: La vida de Georges Bataille —menos soportable de lo que se presume en una nota biográfica, pero también menos escandalosa de lo que se suele pensar— es el resultado de un recorrido difícil de seguir: hijo imposible de un padre sifilítico y ciego al que quería mucho y de una madre con varios intentos de suicidio, se convierte al cristianismo en 1914 para, con el paso del tiempo, ser uno de los escritores más ferozmente anticristianos; tempranamente cercano al surrealismo y al socialismo fue unos de los primeros y más agudos críticos de ambos en los años 30; autor de obras muy escabrosas, siempre publicadas bajo pseudónimo, las compagina con su trabajo de archivista y bibliotecario; constitutivamente infiel, mantuvo, sin embargo, con varias mujeres una relación extraordinariamente veraz; hombre singular por muchos motivos, no dejó de animar toda su vida la existencia de grupos, revistas y comunidades y supo mantener hasta el último momento la cercanía de sus amigos. Tanto su vida como su pensamiento fueron exacto reflejo del exceso y la pasión que puso en todo lo que emprendió. Parte de la obra de Bataille sólo se conoció despues de su muerte, pero ya eran justamente célebres ensayos como La experiencia interior, La parte maldita, El erotismo o La literatura y el mal. A ellos hay que añadir sus relatos, como Historia del ojo, Madame Edwarda y El azul del cielo. Acéphale es a la vez el nombre de una revista cuyo primer número apareció en junio de 1936 y el de una sociedad secreta cuya actividad comienza a principios de 1937. Ambas nacieron por iniciativa de Georges Bataille. Siendo complementarias, una y otra no cuentan con los mismos participantes y apenas Pierre Klossowski, aparte evidentemente del propio Bataille, participó en las dos. Ambas se disolvieron en 1939, atravesadas por graves disensiones internas y por la precipitación de los acontecimientos en Francia y en toda Europa. El Acéfalo, grito de guerra, fuerza de combate, generado por la «muerte de Dios» tal como fue anunciada por Nietzsche, ni hombre ni Dios, se presenta como un «monstruo» libre e inocente, que viene a trastornarlo todo, promocionando un principio de desorden como nuevo vínculo social destinado a combatir cualquier forma de servidumbre. En él se une el desencadenamiento de las pasiones hasta la locura y la fascinación de la muerte como secreto de la vida. Signo excesivo de tiempos también excesivos. Acéphale, la revista (que se publica en español según su maquetación original), es desde su primer número expresamente una declaración de guerra. Tres son los enemigos que se propone combatir: el fascismo (del que se denuncia su torpe racismo y su burdo manejo de las masas), el socialismo estaliniano (del que se rechaza la exigencia de un liderazgo para vertebrar una comunidad) y el cristianismo (frente al que se propone una nueva religión sin Dios). El comienzo efectivo de la guerra en Europa dejará a Bataille solo, escribiendo en el último número de Acéphale: «Yo soy la guerra».