Amelia Chávez Santiago
Agentes culturales, mauinaria de ideales
Prohistoria Ediciones

Páginas: 238
Formato:
Peso: 0.396 kgs.
ISBN: 9789878091297

Entre 1950 y 1958 México presentó tres pabellones nacionales en la Bienal de Arte de Venecia, la gran vitrina de la posguerra europea. Este libro reconstruye minuciosamente el detrás de escena de esas muestras y demuestra que no fueron simples vitrinas exóticas, sino engranajes de una política cultural que buscaba proyectar el ideal nacional-revolucionario más allá de las fronteras. A partir de archivos diplomáticos, correspondencia inédita y la prensa veneciana de la época, Amelia Chávez Santiago identifica a los agentes culturales que articularon la empresa: el museógrafo Fernando Gamboa, el secretario general de la Bienal Rodolfo Pallucchini, funcionarios de la Cancillería mexicana y críticos europeos fascinados por la plástica pos-revolucionaria. El estudio muestra cómo esa red consiguió financiamiento, seleccionó artistas Rivera, Siqueiros, Tamayo, Ángeles Torrejón y diseñó montajes que exaltaban la tríada nacionalismo, modernidad y revolución. Más allá del costado mexicano, el libro ofrece un panorama del contexto italiano: la reconstrucción económica y cultural que convirtió a la Bienal en escenario de disputas simbólicas entre potencias y bloques ideológicos. Los capítulos finales comparan el pabellón mexicano con los de Francia, EE. UU. y la URSS, y analizan la recepción crítica: elogios por la vitalidad cromática y recelos por cierto folclorismo latinoamericano. Con prosa clara y abundantes imágenes (planos, fotografías de montaje, catálogos), la autora revela cómo la diplomacia cultural funciona como maquinaria de ideales: un dispositivo capaz de moldear la percepción internacional de un país, legitimar estilos artísticos y, a la vez, robustecer agendas políticas internas. Claves para entender su importancia: Primer estudio exhaustivo sobre la temprana presencia mexicana en la Bienal de Venecia. Aporta documentos inéditos y corrige versiones fragmentarias sobre el papel de México en el circuito del arte moderno. Caso paradigmático de diplomacia cultural latinoamericana. Muestra cómo el Estado articuló museografía, política exterior y mercado del arte para reforzar un relato nacional-revolucionario en plena Guerra Fría. Visión de conjunto: arte, política y economía. Relaciona la selección de obras con los intereses petroleros, los acuerdos comerciales y la imagen de país moderno que el gobierno deseaba proyectar. Personajes clave recuperados. Revaloriza la figura de Fernando Gamboa como curador-estratega y detalla su alianza con Pallucchini, aportando biografías útiles a historiadores del arte y la gestión cultural. Material didáctico y visual. Mapas, cronologías y reproducciones de catálogos facilitan su uso en cursos de historia del arte, estudios curatoriales y relaciones internacionales. Sello Prohistoria. Refuerza el prestigio de la colección Historia & Cultura al ofrecer investigación rigurosa con un formato accesible para lectores no especializados.

Agentes culturales, mauinaria de ideales

$31.800,00
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ISBN: 9789878091297

Entre 1950 y 1958 México presentó tres pabellones nacionales en la Bienal de Arte de Venecia, la gran vitrina de la posguerra europea. Este libro reconstruye minuciosamente el detrás de escena de esas muestras y demuestra que no fueron simples vitrinas exóticas, sino engranajes de una política cultural que buscaba proyectar el ideal nacional-revolucionario más allá de las fronteras. A partir de archivos diplomáticos, correspondencia inédita y la prensa veneciana de la época, Amelia Chávez Santiago identifica a los agentes culturales que articularon la empresa: el museógrafo Fernando Gamboa, el secretario general de la Bienal Rodolfo Pallucchini, funcionarios de la Cancillería mexicana y críticos europeos fascinados por la plástica pos-revolucionaria. El estudio muestra cómo esa red consiguió financiamiento, seleccionó artistas Rivera, Siqueiros, Tamayo, Ángeles Torrejón y diseñó montajes que exaltaban la tríada nacionalismo, modernidad y revolución. Más allá del costado mexicano, el libro ofrece un panorama del contexto italiano: la reconstrucción económica y cultural que convirtió a la Bienal en escenario de disputas simbólicas entre potencias y bloques ideológicos. Los capítulos finales comparan el pabellón mexicano con los de Francia, EE. UU. y la URSS, y analizan la recepción crítica: elogios por la vitalidad cromática y recelos por cierto folclorismo latinoamericano. Con prosa clara y abundantes imágenes (planos, fotografías de montaje, catálogos), la autora revela cómo la diplomacia cultural funciona como maquinaria de ideales: un dispositivo capaz de moldear la percepción internacional de un país, legitimar estilos artísticos y, a la vez, robustecer agendas políticas internas. Claves para entender su importancia: Primer estudio exhaustivo sobre la temprana presencia mexicana en la Bienal de Venecia. Aporta documentos inéditos y corrige versiones fragmentarias sobre el papel de México en el circuito del arte moderno. Caso paradigmático de diplomacia cultural latinoamericana. Muestra cómo el Estado articuló museografía, política exterior y mercado del arte para reforzar un relato nacional-revolucionario en plena Guerra Fría. Visión de conjunto: arte, política y economía. Relaciona la selección de obras con los intereses petroleros, los acuerdos comerciales y la imagen de país moderno que el gobierno deseaba proyectar. Personajes clave recuperados. Revaloriza la figura de Fernando Gamboa como curador-estratega y detalla su alianza con Pallucchini, aportando biografías útiles a historiadores del arte y la gestión cultural. Material didáctico y visual. Mapas, cronologías y reproducciones de catálogos facilitan su uso en cursos de historia del arte, estudios curatoriales y relaciones internacionales. Sello Prohistoria. Refuerza el prestigio de la colección Historia & Cultura al ofrecer investigación rigurosa con un formato accesible para lectores no especializados.