Rainer Maria Rilke, Marina I. Tsvietáieva, Boris Leonídovich Pasternak, Adan Kovacsics, Francisco Segovia, Konstantín Azadovski, Evgueni y Elena Pasternak, Selma Ancira
Cartas del verano de 1926
Minúscula

Páginas: 439
Formato: 135 mm x 185 mm
Peso: 0.457 kgs.
ISBN: 9788495587886

«Una carta -dice Marina Tsvietáieva- es una forma de comunicación fuera de este mundo, menos perfecta que el sueño, pero sujeta a sus mismas leyes. Ni la carta ni el sueño se dan por encargo: se sueña y se escribe no cuando nosotros queremos, sino cuando ellos quieren: la carta ser escrita y el sueño ser soñado.» En este epistolario, uno de los más hermosos que ha dado la literatura, presenciamos algo así como un milagro: el de la sintonía entre tres grandes poetas que establecen una conversación entre iguales. Cada uno ve en el otro a alguien muy próximo en espíritu. En estas páginas, las fronteras entre cartas, ensayos y poemas se difuminan y afloran reflexiones como las de Pasternak en torno a la creación literaria y versos como los de la «Carta de Año Nuevo» de Tsvietáieva o los de la «Elegía» de Rilke. Este libro refleja un fenómeno de una altura y una fuerza líricas excepcionales. A principios de 1926, se dieron ciertas condiciones -asombrosas y también, en más de un aspecto trágicas-, gracias a las cuales tres grandes poetas europeos trabaron relación epistolar. El mayor de ellos, Rainer Maria Rilke, había cumplido entonces cincuenta años. Considerado el más grande de los poetas alemanes del siglo XX, Rilke vivía en ese momento en Suiza, en Muzot, en un castillo pequeño y apartado: el mal que padecía lo obligaba a pasar largas temporadas en distintos balnearios y sanatorios. Y fue en uno de ellos, en un pequeño lugar llamado Val-Mont, en donde en mayo de 1926 entró en contacto con dos jóvenes poetas rusos: Borís Pasternak y Marina Tsvietáieva, previamente unidos por una relación de amistad y una correspondencia. Para entonces la poesía universal había entrado en crisis. La guerra de 1914 había destruido la estructura espiritual de Europa y todo intento de expresión lírica era tomado por un anacronismo falto de naturalidad. Ya que, como solía decir Mijaíl Bajtín, 'la lírica sólo vive gracias a la confianza en un posible refuerzo coral'. Existe 'sólo en una atmósfera cálida, en una atmósfera [...] de no soledad sonora' . Pasternak, Tsvietáieva y Rilke resintieron, cada uno a su manera, las dificultades que esa disminución del elemento lírico conllevaba y su manera peculiar de percibirlas hizo que ellos, desperdigados por distintos países europeos, se acercaran. En las cartas que se dirigen unos a otros se percibe la soledad espiritual a la que se vieron confinados estos tres poetas, su deseo de encontrar 'por encima de las barreras' nuevas posibilidades para el arte... MARINA TSVIETÁIEVA (Moscú 1892-Elábuga 1941) es una de las más relevantes poetas y prosistas rusas. Entre sus obras destacan Natalia Goncharova. Retrato de una pintora y Viva voz de vida, que aparecieron en esta misma colección, así como Mi Pushkin, El diablo, El poeta y el tiempo y Un espíritu prisionero. BORÍS PASTERNAK (Moscú 1890-Peredélkino 1960), poeta y novelista, es autor de El doctor Zhivago y El salvoconducto. En 1958 la Academia Sueca le concedió el premio Nobel de Literatura, al que se vio obligado a renunciar. RAINER MARIA RILKE (Praga 1875-Valmont, Montreux, 1926) es autor de Elegías de Duino y Sonetos a Orfeo, entre otros libros. Su obra, una de las más importantes en lengua alemana, incluye poesía, relatos y ensayos.

Cartas del verano de 1926

$43.390,00
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Rainer Maria Rilke, Marina I. Tsvietáieva, Boris Leonídovich Pasternak, Adan Kovacsics, Francisco Segovia, Konstantín Azadovski, Evgueni y Elena Pasternak, Selma Ancira
Cartas del verano de 1926
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Páginas: 439
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Peso: 0.457 kgs.
ISBN: 9788495587886

«Una carta -dice Marina Tsvietáieva- es una forma de comunicación fuera de este mundo, menos perfecta que el sueño, pero sujeta a sus mismas leyes. Ni la carta ni el sueño se dan por encargo: se sueña y se escribe no cuando nosotros queremos, sino cuando ellos quieren: la carta ser escrita y el sueño ser soñado.» En este epistolario, uno de los más hermosos que ha dado la literatura, presenciamos algo así como un milagro: el de la sintonía entre tres grandes poetas que establecen una conversación entre iguales. Cada uno ve en el otro a alguien muy próximo en espíritu. En estas páginas, las fronteras entre cartas, ensayos y poemas se difuminan y afloran reflexiones como las de Pasternak en torno a la creación literaria y versos como los de la «Carta de Año Nuevo» de Tsvietáieva o los de la «Elegía» de Rilke. Este libro refleja un fenómeno de una altura y una fuerza líricas excepcionales. A principios de 1926, se dieron ciertas condiciones -asombrosas y también, en más de un aspecto trágicas-, gracias a las cuales tres grandes poetas europeos trabaron relación epistolar. El mayor de ellos, Rainer Maria Rilke, había cumplido entonces cincuenta años. Considerado el más grande de los poetas alemanes del siglo XX, Rilke vivía en ese momento en Suiza, en Muzot, en un castillo pequeño y apartado: el mal que padecía lo obligaba a pasar largas temporadas en distintos balnearios y sanatorios. Y fue en uno de ellos, en un pequeño lugar llamado Val-Mont, en donde en mayo de 1926 entró en contacto con dos jóvenes poetas rusos: Borís Pasternak y Marina Tsvietáieva, previamente unidos por una relación de amistad y una correspondencia. Para entonces la poesía universal había entrado en crisis. La guerra de 1914 había destruido la estructura espiritual de Europa y todo intento de expresión lírica era tomado por un anacronismo falto de naturalidad. Ya que, como solía decir Mijaíl Bajtín, 'la lírica sólo vive gracias a la confianza en un posible refuerzo coral'. Existe 'sólo en una atmósfera cálida, en una atmósfera [...] de no soledad sonora' . Pasternak, Tsvietáieva y Rilke resintieron, cada uno a su manera, las dificultades que esa disminución del elemento lírico conllevaba y su manera peculiar de percibirlas hizo que ellos, desperdigados por distintos países europeos, se acercaran. En las cartas que se dirigen unos a otros se percibe la soledad espiritual a la que se vieron confinados estos tres poetas, su deseo de encontrar 'por encima de las barreras' nuevas posibilidades para el arte... MARINA TSVIETÁIEVA (Moscú 1892-Elábuga 1941) es una de las más relevantes poetas y prosistas rusas. Entre sus obras destacan Natalia Goncharova. Retrato de una pintora y Viva voz de vida, que aparecieron en esta misma colección, así como Mi Pushkin, El diablo, El poeta y el tiempo y Un espíritu prisionero. BORÍS PASTERNAK (Moscú 1890-Peredélkino 1960), poeta y novelista, es autor de El doctor Zhivago y El salvoconducto. En 1958 la Academia Sueca le concedió el premio Nobel de Literatura, al que se vio obligado a renunciar. RAINER MARIA RILKE (Praga 1875-Valmont, Montreux, 1926) es autor de Elegías de Duino y Sonetos a Orfeo, entre otros libros. Su obra, una de las más importantes en lengua alemana, incluye poesía, relatos y ensayos.