Andrés Levinson
Desperté con el silencio de la nevada
Los Lápices editora

Páginas: 190
Formato:
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9786319069440

Andrés Levinson viajó a las Islas Orcadas en el marco de la campaña antártica de verano 2022. Sus experiencias a bordo del rompehielos Irizar y las de su estadía en la isla Laurie se transformaron en este texto tan magnético como el continente que visitó. Nos dice su prologuista: Me despertó, como otras veces, el silencio de la nevada, dice uno de los epígrafes de Saer que da título al libro. Es que, en un espacio vacío, el silencio hace ruido. La nevada tiene la capacidad de desplegar un manto sobre las cosas que amortigua todos los sonidos que produce el entorno. Como una membrana insonora. La Antártida es una impresionante cámara anecoica y, entonces, es justamente la ausencia de cualquier fenómeno acústico lo que constituye un acontecimiento: cuando todos los ruidos desaparecen, el silencio se hace notar. Se hace notar quiero decir como perturbación y no como calma. Esas pequeñas, a veces diminutas, interrupciones de la inercia cotidiana constituyen la materia del diario de viaje de Levinson. Y en seguida se advierte que es un argumento tan bueno como cualquier otro.

Desperté con el silencio de la nevada

$22.000,00
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Andrés Levinson viajó a las Islas Orcadas en el marco de la campaña antártica de verano 2022. Sus experiencias a bordo del rompehielos Irizar y las de su estadía en la isla Laurie se transformaron en este texto tan magnético como el continente que visitó. Nos dice su prologuista: Me despertó, como otras veces, el silencio de la nevada, dice uno de los epígrafes de Saer que da título al libro. Es que, en un espacio vacío, el silencio hace ruido. La nevada tiene la capacidad de desplegar un manto sobre las cosas que amortigua todos los sonidos que produce el entorno. Como una membrana insonora. La Antártida es una impresionante cámara anecoica y, entonces, es justamente la ausencia de cualquier fenómeno acústico lo que constituye un acontecimiento: cuando todos los ruidos desaparecen, el silencio se hace notar. Se hace notar quiero decir como perturbación y no como calma. Esas pequeñas, a veces diminutas, interrupciones de la inercia cotidiana constituyen la materia del diario de viaje de Levinson. Y en seguida se advierte que es un argumento tan bueno como cualquier otro.