Nellie Bly, Ana María Álvarez
Diez días en un psiquiátrico
Alquimia ediciones

Páginas:
Formato:
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789566188032

Cuando a sus veintitrés años Elizabeth Jane aceptó la difícil tarea de internarse en el asilo psiquiátrico para mujeres Blackwells Island, lo único que le preguntó a su editor fue: ¿Cómo me sacarán?. La respuesta de Joseph Pulitzer fue preocupante: Primero consigue entrar, luego veremos. Y lo consiguió, tras ensayar poses de loca durante la noche anterior. En los diez días que habitó aquella casa para orates, la escritora vivió en cuerpo propio las horribles condiciones que padecían las pacientes. Las torturas a las que eran sometidas, y descubrió cómo algunas caían allí debido a la desigualdad de oportunidades que tanto en el siglo antepasado como hoy padecen las mujeres. Con una prosa delicada y fluida, Diez días en un psiquiátrico devela el profundo abandono que sufren los llamados enfermos mentales. Este hito crucial del periodismo de infiltración, sigue teniendo plena vigencia por lo radical de su apuesta y la triste actualidad de su relato. También es una prueba del impacto que puede tener la escritura: tras la publicación de este revolucionario texto en formato libro, se generó tanto revuelo que el gobierno de USA se vio obligado a aumentar el presupuesto para la salud mental y mejorar las condiciones de los recintos de salud mental para las mujeres. Elizabeth Jane nació en Cochrans Mills, un pequeño pueblo de Pensilvania, el cinco de mayo de 1864, en una familia numerosa de diez hermanos. Hija de un juez famoso que murió joven, a los seis años se trasladaron a Pittsburgh donde sobrevivieron montando una casa de huéspedes. Su madre se volvió a casar, pero la relación se volvió abusiva y terminó divorciándose. Años después, Elizabeth se vería obligada a abandonar la escuela debido a las apremiantes económicas. Fue una columna misógina titulada Para qué sirven las mujeres, donde Erasmus Wilson realizaba una apología al trabajo doméstico femenino, la que motivó a Elizabeth solicitar derecho a réplica. Su texto Huérfana solitaria, firmado como Cochran, generó tanto interés por su calidad y postura ideológica, que el editor de Pittsburgh Dispatch, George Madden, le ofreció trabajo y en conjunto eligieron el seudónimo que marcaría su obra: Nellie Bly. En sus primeros artículos abordó temas contingentes, como el retraso en la ley de divorcio, pese a que le asignaban contenido sexista, como moda o espectáculos. Aburrida de los estereotipos, partió a México a sus veinte años para cubrir el régimen de Porfirio Díaz. De regreso a USA, comenzó a trabajar en el New York World, donde se volvería pionera del periodismo encubierto. Su primera crónica fue un hito revolucionario. En 1987 simuló estar loca y se internó durante diez días en un asilo. Su investigación fue tan aclamada, que se especializó en la infiltración. Meses después, ingresó como obrera en una fábrica de cajas, luego convenció a un congresista de ser esposa de un farmacéutico y develó a los políticos que aceptaban soborno, y en 1888 se propuso dar la vuelta al mundo en menos de ochenta días, logrando romper el récord. En 1895 contrajo matrimonio con un empresario metalúrgico y abandonó por algunos años el periodismo. Tras enviudar se dedicó a administrar las fábricas donde mejoró las condiciones laborales. Justo cuando estaba de viaje en Austria estalló la Primera Guerra Mundial, que cubrió activamente para el Evening Journal, convirtiéndose en las primeras corresponsales de guerra. Siguió escribiendo en diversos medios hasta que murió, debido a una neumonía, a sus cincuenta y siete años, el veintisiete de enero de 1922 en Nueva York.

Diez días en un psiquiátrico

$1.590,00
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Nellie Bly, Ana María Álvarez
Diez días en un psiquiátrico
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ISBN: 9789566188032

Cuando a sus veintitrés años Elizabeth Jane aceptó la difícil tarea de internarse en el asilo psiquiátrico para mujeres Blackwells Island, lo único que le preguntó a su editor fue: ¿Cómo me sacarán?. La respuesta de Joseph Pulitzer fue preocupante: Primero consigue entrar, luego veremos. Y lo consiguió, tras ensayar poses de loca durante la noche anterior. En los diez días que habitó aquella casa para orates, la escritora vivió en cuerpo propio las horribles condiciones que padecían las pacientes. Las torturas a las que eran sometidas, y descubrió cómo algunas caían allí debido a la desigualdad de oportunidades que tanto en el siglo antepasado como hoy padecen las mujeres. Con una prosa delicada y fluida, Diez días en un psiquiátrico devela el profundo abandono que sufren los llamados enfermos mentales. Este hito crucial del periodismo de infiltración, sigue teniendo plena vigencia por lo radical de su apuesta y la triste actualidad de su relato. También es una prueba del impacto que puede tener la escritura: tras la publicación de este revolucionario texto en formato libro, se generó tanto revuelo que el gobierno de USA se vio obligado a aumentar el presupuesto para la salud mental y mejorar las condiciones de los recintos de salud mental para las mujeres. Elizabeth Jane nació en Cochrans Mills, un pequeño pueblo de Pensilvania, el cinco de mayo de 1864, en una familia numerosa de diez hermanos. Hija de un juez famoso que murió joven, a los seis años se trasladaron a Pittsburgh donde sobrevivieron montando una casa de huéspedes. Su madre se volvió a casar, pero la relación se volvió abusiva y terminó divorciándose. Años después, Elizabeth se vería obligada a abandonar la escuela debido a las apremiantes económicas. Fue una columna misógina titulada Para qué sirven las mujeres, donde Erasmus Wilson realizaba una apología al trabajo doméstico femenino, la que motivó a Elizabeth solicitar derecho a réplica. Su texto Huérfana solitaria, firmado como Cochran, generó tanto interés por su calidad y postura ideológica, que el editor de Pittsburgh Dispatch, George Madden, le ofreció trabajo y en conjunto eligieron el seudónimo que marcaría su obra: Nellie Bly. En sus primeros artículos abordó temas contingentes, como el retraso en la ley de divorcio, pese a que le asignaban contenido sexista, como moda o espectáculos. Aburrida de los estereotipos, partió a México a sus veinte años para cubrir el régimen de Porfirio Díaz. De regreso a USA, comenzó a trabajar en el New York World, donde se volvería pionera del periodismo encubierto. Su primera crónica fue un hito revolucionario. En 1987 simuló estar loca y se internó durante diez días en un asilo. Su investigación fue tan aclamada, que se especializó en la infiltración. Meses después, ingresó como obrera en una fábrica de cajas, luego convenció a un congresista de ser esposa de un farmacéutico y develó a los políticos que aceptaban soborno, y en 1888 se propuso dar la vuelta al mundo en menos de ochenta días, logrando romper el récord. En 1895 contrajo matrimonio con un empresario metalúrgico y abandonó por algunos años el periodismo. Tras enviudar se dedicó a administrar las fábricas donde mejoró las condiciones laborales. Justo cuando estaba de viaje en Austria estalló la Primera Guerra Mundial, que cubrió activamente para el Evening Journal, convirtiéndose en las primeras corresponsales de guerra. Siguió escribiendo en diversos medios hasta que murió, debido a una neumonía, a sus cincuenta y siete años, el veintisiete de enero de 1922 en Nueva York.