Matías Cambiaggi
El aguante. La militancia en los 90
Marea editorial

Páginas: 176
Formato:
Peso: 0.221 kgs.
ISBN: 9789873783678

PROLOGO Los 90 fueron el laboratorio del neoliberalismo después del fin de la Guerra Fría. Una etapa en la que se llevaron a la práctica los preceptos más extremos del capitalismo con su secuela de concentración acelerada del capital, con la hegemonía clara del sector financiero sobre la producción y con el endeudamiento como eje de las políticas económicas. En esa experiencia, como la que ocurre en la actualidad, una gran parte de la sociedad fue desplazada a la margi-nalidad del desempleo, el subempleo, el empleo preca-rizado y la informalidad; el Estado se retiró de los barrios pobres, privatizó la salud y la educación, el transporte y las riquezas del subsuelo y defendió con la represión los privilegios del capital concentrado. Surgió así una realidad inédita, a la que se le agregó el desarrollo y la aplicación de nuevas tecnologías en las comunicaciones, que anunciaron la llegada de la globalización neoliberal: el mundo convertido por primera vez en la historia de la humanidad en un solo mercado con las mismas reglas de intercambio y con grandes flujos de capital itinerantes. Un contexto 9 donde los países de la periferia quedaron aún más expuestos y vulnerables. De este modo, se fue gestando una situación socioeconómica muy diferente a la de las viejas sociedades industrializadas o semindustrializadas. El neolibera-lismo cooptó a gran parte de los partidos populares tradicionales, el radicalismo y el peronismo, y fue preparando así la eclosión de una crisis de represen-tatividad política que se combinó con la crisis de la deuda de diciembre de 2001. Pero las grandes masas de desocupados y marginados, como nuevos sujetos que intervenían con gran protagonismo, también desarmaron las teorías clásicas de la izquierda sobre el sujeto histórico. Sobre esa base real, Matías Cambiaggi habla de una militancia “huérfana”, aunque siempre lo que surge aprovecha y se nutre de experiencias anteriores. En esa militancia huérfana se mezclaban vivencias de todo tipo, desde viejos militantes de izquierda o ex dirigentes del peronismo combativo hasta sindicalistas clasistas que debían reelaborar y deconstruir su historia para rearmarse con nuevos elementos que les permitieran afrontar esta realidad tan diferente a las etapas anteriores. Los 90 guardan una gran similitud con la etapa que se abrió a partir de la asunción de Mauricio Macri, en diciembre de 2015, con la Alianza Cambiemos, entre la derecha radical y los conservadores neoliberales del PRO. El grueso de la resistencia al neoliberalismo de los 90 provino de nuevos sujetos o movimientos sociales. Algunos que planteaban un sindicalismo de un tipo 10 distinto, que incluso iban a buscar a sus afiliados al territorio y planteaban una apertura democrática de las organizaciones, como fueron la CTA1 o los combativos del MTA2 y la Clasista y Combativa del Perro Santillán. Nuevas agrupaciones defensoras de los derechos humanos, como la CORREPI, atenta a las violaciones a esos derechos en un contexto más social que político; o como HIJOS3 y sus escraches a los represores que no eran juzgados después de la amnistía con la que comenzó el gobierno menemista. Es la época, también, en que empieza a sobresalir el trabajo de las Abuelas y los nietos recuperados. Y, finalmente, con los cortes de ruta en Cutral Có y en Tartagal, y con el corte en La Matanza irrumpen, con gran ímpetu, los movimientos territoriales de desocupados. Durante los primeros años de esa década fue una militancia esforzada y silenciosa, que no existía para el resto de la sociedad simplemente porque estaba invi-sibilizada por los grandes medios de comunicación. La irrupción de los movimientos de desocupados, sobre todo, constituyó un motivo de asombro para la mayoría de los argentinos por la masividad que demostraban y su alto grado de organización. Habían reemplazado silenciosa y trabajosamente al Estado en sus barrios con metodologías de solidaridad y participación directa. 1 Central de Trabajadores Argentinos. 2 Movimiento de los Trabajadores Argentinos. 3 Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio. 11 Ese magma subterráneo en ebullición explotó con la crisis de la deuda que resquebrajó el bloque hege-mónico dominante. Pero, en ese punto, los movimientos sociales apenas habían empezado a discutir la necesidad de la construcción de sus representaciones políticas. “Que se vayan todos” fue la consigna de esa explosión. Señalaba el final de una época, pero no acertaba a apuntar las condiciones de la próxima era. Y, al respecto, las posiciones eran dispares. Los sectores autonomistas, que en un primer momento eran mayoritarios, rechazaban cualquier construcción de ese tipo. Las propuestas de las fuerzas de izquierda eran incapaces de contener la amplitud de la protesta. La CTA demoró la convocatoria al Movimiento Político, Social y Cultural que había aprobado su Congreso en Mar del Plata y perdió protagonismo. Así, el amplio espectro que representaba a las fuerzas sociales que habían participado en la resistencia al neoliberalismo en los años 90 llegó con una pata renga a la apertura del nuevo ciclo por el que había luchado. La falta de una opción y de una representación política que tomara sus reivindicaciones como programa de gobierno podría haber llevado a una derrota de esas luchas cuando, paradójicamente, estaban dadas las condiciones para dar un salto cualitativo contra el neoliberalismo. Esa fue la década de los 90. Como periodista, estuve en la fundación de la CTA, en los primeros cortes de Cutral Có, Tartagal y La Matanza, en los primeros escraches de HIJOS y en la experiencia de 12 las Asambleas. Lo que más importaba en esas situaciones era frenar el hambre y la pobreza, frenar a las policías bravas, frenar el cierre de fuentes de trabajo y la falta de justicia. Cada una de esas metas parecía imposible; la relación de fuerzas tan desigual, el clima de época, la cultura dominante, todo era totalmente desfavorable y, sin embargo, esas experiencias fueron consolidando la esperanza de que otro país sí era posible. Ahora, cuando se ha instalado un gobierno que sostiene los mismos parámetros del neolibera-lismo de los 90, resulta conveniente recordar aquellas experiencias históricas de resistencia. -Luis Bruschtein Subdirector de Página/12 13 INTRODUCCIÓN Los años a la intemperie Los 90, en la Argentina, fueron años inaugurales, intensos, trascendentes y, en definitiva, interminables. Desafiando la lógica de los almanaques y sus números redondos, comenzaron prematuros, en 1989, con la vuelta al gobierno del peronismo, en medio de saqueos, hiperinflación y una deuda impagable, y terminaron trece años después, el 20 de diciembre de 2001, casi en las mismas condiciones para el país, pero atravesados por una diferencia sustancial: la aparición determinante del sujeto popular y una insurrección que cambió el rumbo de la historia. El relato de lo que siguió es más conocido o quizás más repetido: los cinco presidentes en una semana, el default, el “que se vayan todos”, la sociedad en la calle, el gobierno fallido de Duhalde, los asesinatos de Maxi y Darío, nuevas elecciones, el ballotage que no fue, los doce años de kirchnerismo, la voluntad inclusiva, los límites o las asignaturas pendientes, la grieta, la victoria de Cambiemos, la gestión del primer partido de derecha que llega al gobierno a través de elecciones 15 y la incómoda sensación del eterno retorno a lo peor de aquellos años. ¿Pero será este el final del ciclo? ¿Volvieron, acaso, los 90? ¿De qué hablamos cuando hablamos de los 90? Esos años inauguraron un cambio cultural profundo que marcó a fuego un antes y un después en el imaginario social de nuestro país y dieron vida a una Argentina de dos caras. De un lado, las ideas y valores del individualismo más abrumador. Del otro, las respuestas fragmentarias, dispersas y heterogéneas del conjunto social que buscó un horizonte inclusivo y solidario. De un lado, el ajuste y su consenso, del otro, la resistencia. De un lado, la represión y el miedo. Del otro, la aparición de nuevas palabras, nuevos actores y prácticas transformadoras. Toda la década de los 90 se desenvolvió detrás de esa dinámica esquiva y compleja, pero también rica por toda su diversidad y potencialidad aún latente. Los 90 son, por eso, mucho más que un sinónimo elíptico del ajuste y la entrega y, para bien y para mal, están lejos de volverse apenas una inofensiva lámina escolar. Tal vez sea esa la principal razón por la cual aún peor que olvidarlos es recordarlos solo como la política del poder y olvidar o subestimar su contraparte: la política de los de abajo. La resistencia. Las propuestas. 16 Los proyectos. La búsqueda. Las preguntas. El no rendirse y, principalmente, la voluntad de imponerse a pesar de todo. Este libro pretende recuperar aquella historia esquiva de militancia y compromiso a contramano, desarrollada a la intemperie y en medio del temporal más violento. Sin un proyecto alternativo a la vista, de espaldas a los partidos tradicionales, a la principal central sindical, desafiando los decretos del fin de la historia y de las ideologías y, por si fuera poco, ante la abierta hostilidad de una buena parte de la sociedad enceguecida por los viajes, el consumo y otros espejitos de colores. Se trata de doce relatos que pueden leerse también como capítulos de una historia más extensa que es, en definitiva, la de toda la década. En cada capítulo, centrado en cada año de la década, se ha rescatado un hecho a través de la historia de algunos de sus protagonistas. 1990 El primer relato del libro atraviesa el clima social de las enormes movilizaciones de rechazo a los decretos de los indultos a los genocidas firmados por el entonces presidente Carlos Menem. Se concentra en la particular respuesta de un colegio de Caballito al odio de un inesperado, para ellos, defensor de la dictadura y sus peores crímenes. La historia, pequeña y desconocida, es, sin embargo, 17 representativa no solo de una herida aún en carne viva, sino del proceso de búsqueda de verdad y justicia que iría multiplicándose como fenómeno a lo largo de los años y que terminaría derrotando, en los hechos, el plan del menemismo de una reconciliación sin justicia y sin memoria. 1991 La fundación de la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI) como respuesta a los casos de gatillo fácil que comenzaban a multiplicarse durante los primeros años del menemismo, sobre todo en el Conurbano, teniendo como blanco a los pibes más pobres. El caso emblema de este proceso fue el asesinato de Walter Bulacio durante un recital de los Redonditos de Ricota y significó una “marca” generacional que derivó en las movilizaciones juveniles más importantes de los primeros 90 y aportó a la organización de un movimiento estudiantil secundario que se multiplicó con los años e hizo de Walter Bulacio su propia bandera. Esta historia, lejos de mostrar la fundación de la CORREPI como un proceso simple, describe también sus dificultades. Hubo recelos y hasta resistencia por parte de algunos de los organismos de derechos humanos ante la aparición de esta nueva propuesta, inenten-dible desde la mirada sobre la confrontación política y 18 social de los años 70 y 80. Se trataba, en este caso, de un nuevo actor desorganizado, alejado de la política y sin ningún interés por el poder que, sin embargo, era percibido como un problema por el nuevo orden político. 1992 La Ley Federal de Educación que planteaba, entre otros aspectos, derivar los costos de las escuelas nacionales hacia provincias sin capacidad de solventarlos, movilizó a toda la comunidad educativa, integrada por profesores, autoridades educativas, padres y estudiantes. El proyecto no atendía, en cambio, ninguno de los problemas más severos que atravesaba el sistema educativo, como el fuerte atraso de los sueldos de los docentes o el estado de deterioro de las escuelas, lo que derivaba en cursos cerrados y alumnos sin clases. La historia que se cuenta, a través de la mirada y la búsqueda política de un estudiante del CBC,4 es también la de un nuevo quiebre entre representantes y representados, una situación que se repetiría hasta el escándalo a lo largo de los años, así como también la del debate sobre cuál era la estrategia más efectiva para enfrentar las medidas de un gobierno que no se detenía frente a nada en su afán ajustador. 4 Ciclo Básico Común. Obligatorio para el ingreso a las carreras de la Universidad de Buenos Aires. 19 1993 El Santiagazo fue el primer gran grito de las provincias del norte, a las que muchos funcionarios calificaban de inviables. La lucha por el cobro de sueldos, que derivó en la pueblada llamada Santiagazo o Santiagueñazo, fue la de todo un pueblo sostenido casi en exclusividad por la administración pública, y tuvo la particularidad de que incluyó niveles de violencia desconocidos hasta el momento, menos aún en una provincia tranquila como Santiago del Estero. A este hecho le siguieron otros similares y de este proceso regional emergió como una de sus figuras más reconocidas el Perro Santillán, líder de los municipales jujeños e imagen de la temprana combatividad que evidenció la década. Chungui Chazarreta, el protagonista de esta historia, la cuenta desde su lugar de estudiante universitario comprometido con las luchas de los trabajadores y como un santiagueño más, bien metido en la cotidianidad de su pueblo. 1994 La marcha número cien de los jubilados en su histórico reclamo por los cuatrocientos cincuenta pesos es el puntapié inicial de este capítulo que también narra el proceso de conformación del grupo de Norma Plá, sus metodologías y un balance de sus enseñanzas o legados. 20 La historia es relatada por una experimentada militante peronista, compañera de Norma Plá durante la organización de este sector. Cuando narra su acercamiento a la militancia en una organización de jubilados, cuenta también sus aportes y miradas contrastadas con su trayectoria militante y el valor inequívoco de Norma Plá en estas luchas y las lides políticas en su conjunto. 1995 La ORP5 llevó adelante la organización y la logística para detener al partero de la ESMA6, Jorge Bergés, y esa fue la última operación de una guerrilla en Argentina. En esta historia se pone en juego el contexto histórico y político, así como el debate y la actualidad de la “vía armada” como forma de acceder al poder en la Argentina a partir de algunas de las respuestas del movimiento político y social ante el hecho. 1996 Se narra aquí el último capítulo y el más violento de 5 Organización Revolucionaria del Pueblo. 6 Escuela de Mecánica de la Armada. Durante la dictadura de 1976 funcionó como un centro clandestino de detención, tortura y exterminio. 21 un largo proceso de oposición estudiantil universitaria a los intentos del gobierno y de los rectorados de las universidades nacionales por imponer la Ley de Educación Superior, la cual se consideraba una de las formas del ajuste en las universidades. Ese año ocurrió en La Plata la reacción conocida como “el 20 de febrero de 1996”. La historia que cuenta Araceli aborda un largo año de luchas, entre las cuales se destaca “el abrazo al Congreso de la Nación” que realizaron los estudiantes para impedir que los diputados sesionaran para aprobar esta ley, que entre otras cosas planteaba un acortamiento del ciclo de grado para arancelar como un posgrado lo que era gratuito, así como una reorientación de los contenidos vinculada con “exigencias del mercado” de dudoso valor académico. 1997 La experiencia desde adentro del primer escrache de HIJOS, los hechos, su contexto y también una enseñanza paralela sobre la actualidad de una disputa que se puso en juego durante la década de los 70 y aún no fue saldada por muchos de sus protagonistas. Sin detenerse en estos aspectos, el relato también sobrevuela la particular dinámica organizacional de HIJOS y su carácter explosivo e innovador: el consenso a ultranza, las asambleas, la voluntad de exorcizar y recuperar en distintos sentidos la década 22 de los 70, la experiencia generacional, la amistad, el trámite colectivo de un trauma individual y social transformado en energía creadora. 1998 La recuperación de una unidad básica de los Montoneros ubicada en el Partido de Munro, zona norte del gran Buenos Aires, que derivó en un proceso de lucha y enfrentamientos importantes que reactivó, de distintas formas, la actualidad de hechos derivados del accionar ilegal de la última dictadura que se sostuvieron y apoyaron en los siguientes gobiernos democráticos. La recuperación de la casa dejó al descubierto estos manejos y, al mismo tiempo, se convirtió en un hecho concreto de avance sin pedir permiso sobre el terreno perdido. 1999 El largo conflicto encabezado por docentes y empleados públicos de la provincia de Corrientes, que derivó durante varios días en el corte del puente que une a esta provincia con la de Chaco. Por una serie de causas, este hecho, nacido durante el gobierno de Menem, se extendió también al de De la Rúa y de esta forma se convirtió en el primer conflicto que afrontó el gobierno radical a una semana de asumir. 23 La represión fue salvaje, con un saldo de dos muertos, y marcó la tónica del carácter del gobierno entrante. Esta historia es también la de los propios debates del movimiento social sobre sus objetivos, metodologías y la democracia de las organizaciones. La experiencia de los Autoconvocados, el sector mayoritario de este conjunto social correntino, contada por Lucía Abad, una de sus protagonistas, es también, de forma anecdótica, un muestrario de alguno de esos debates. 2000 El Matanzazo fue el masivo y extendido corte en La Matanza de la ruta 3, que unió detrás de la CCC7 y la FTV-CTA8 a todo el conjunto de las organizaciones de desocupados. Este acampe piquetero de veinte días fue una experiencia novedosa y de confraternidad militante inédita que fue puesta a prueba de distintas formas por el gobierno. Sin embargo, logró torcerle el brazo al poder político y consiguió algo que, hasta ese momento y para cada organización por separado, resultaba casi imposible. Por este motivo se volvió un “parteaguas” que influyó en gran medida en toda la dinámica posterior que siguió el conflicto social. Conocer este hecho en profundidad resulta de la mayor importancia histórica y teórica. 7 Corriente Clasista y Combativa. 8 Federación de Tierra y Vivienda, integrante de la Central de los Trabajadores Argentinos. 24 2001 El final corresponde a los días 19 y 20 de diciembre y las jornadas que cerraron la experiencia neoliberal en nuestro país. Petete y Damián son dos amigos que, ante la desconfianza en los movimientos existentes y la voluntad de protagonismo, decidieron hacer política por mano propia, confiando ante todo en el lazo que los unía, en los resultados de sus largos debates con el objetivo de cambiar el mundo y en los resultados que conseguían organizando compañeros en los barrios. Petete fue uno de los compañeros que murió asesinado en la gesta del 20 de diciembre, pero el último recuerdo de su amigo fue el de su inmensa alegría cuando hacía retroceder a la policía y parecía consciente de que estaba por ayudar a cambiar la historia. En resumen, doce historias y un final a coro que articulan, más que un argumento o una reflexión definitiva, episodios dispersos y heterogéneos que irán buscando su lugar en el tiempo y junto a otras miradas que los complementen. El aguante es, en definitiva, una mirada y también una propuesta. Se trata de historias narradas con la voz y desde la perspectiva de los protagonistas. De jóvenes y viejos. De hechos trascendentes y de otros desconocidos. De reflexiones y de experiencias. De elaboración del pasado, pero también de animarse a pensar el futuro. 25 Sin fórmulas ni verdades definitivas, pretende ayudar a recuperar un momento histórico que aún late con fuerza y constituye una caja de herramientas imprescindible para estos tiempos, también violentos y peligrosos. Ni tan lejos, ni tan cerca, pero ahí están los 90. Y todavía nos interpelan. 26 MOMENTO CERO (Instantánea del origen) La sombra de Facundo, convocada otra vez, se levanta de entre la arena y se posa sobre el candidato y su desvencijado colectivo de campaña para otorgarles el aura de la leyenda nacional. Todavía todo es polvo, gargantas secas, caminos de ripio. El comienzo, apenas, de un largo recorrido aún por conquistar. A la entrada del pueblo, subido a lo alto del colectivo al que todos comienzan a llamar Menemóvil, el candidato saluda. Lleva una camisa blanca arremangada y agita su brazo hacia un lado y hacia el otro como una reina de la vendimia. Los que lo rodean, candidatos menores, amigos y cholulos, lo imitan. Todos parecen felices. O, por lo menos, despreocupados, como si vivieran en un país distinto al que se encuentra debajo de sus pies. “Está naciendo la última gesta del siglo”, dicen algunos, tal vez convencidos. Para otros es el interior indómito el que otra vez se hace escuchar y otros tantos, inspirados en la Biblia, citan a Moisés, porque para salvarlos hace falta alguien de otro mundo. 27 El hombre alienta todas las versiones. Se siente ganador. Saluda. ¿Hay alguien capaz de detenerlo? El sol y el polvo reseco del norte, ajenos a las versiones, no se detienen en metáforas y apenas dejan respirar. Debajo y a los costados del colectivo, una marea de personas le responde al candidato con el mismo gesto, como hipnotizados. Se escuchan gritos, llantos, pedidos y ofrecimientos. Hay pasión, esperanza, amor, desesperación y también contagio. Al costado del camino, se levantan carteles pintados con marcadores gastados, otros más formales, impresos por los punteros locales y los de la campaña nacional con la imagen del candidato y la palabra “salariazo” como una contraseña mágica. El colectivo avanza entre la gente de forma casi imperceptible. Empieza a soplar un viento caliente. El candidato sostiene como puede la compostura de su pelo negro, largo y ondulado. Su sonrisa, en cambio, sigue amplia, cobijada por sus patillas salvajes de caudillo. Y saluda, otra vez. El colectivo vuelve a avanzar y conquista otro metro de tierra muerta. 28 INDICE PRÓLOGO.............................................9 INTRODUCCIÓN - Los años a la intemperie.............15 MOMENTO CERO - (Instantánea del origen).............27 parte uno Derrota y repliegue DESAGRAVIO (1990) - Los indultos y la rebelión de un colegio secundario.............................31 CORREPIBEVIENELAYUTA (1991) - El caso Bulacio y la fundación de la CORREPI.........................39 ERA POR ABAJO... (1992) - La movilización contra la Ley Federal de Educación..........................49 parte dos La nueva resistencia SOY CHACARERA (1993) - El Santiagazo..................63 CIEN MIÉRCOLES (1994) - Los jubilados de Norma Plá....73 OPERACIÓN BERGÉS (1995) - La ORP y el último operativo de la guerrilla argentina.............................81 parte tres Extensión y radicalización de la resistencia LA PLATA QUEMA (1996) - La última batalla contra la Ley de Educación....................................91 SI NO HAY JUSTICIA (1997) - El primer escrache de HIJOS.103 LA CASA DE LA MEMORIA (1998) - Recuperación de una unidad básica combatiente.............................109 UN SAPUCAY PARA FERNANDO (1999) - Los Autoconvocados y el primer corte contra De la Rúa....................123 EN LA RUTA (2000) - La historia del Matanzazo desde adentro.........................................133 parte cuatro Insurrección y final LA RISA DE PETETE (2001) - El 20 de diciembre........149 LOS OTROS 19 Y 20 - Memoria coral del último día del neoliberalismo en la Argentina....................159 MOMENTO CERO - Instantá nea del finalprincipio........169 AGRADECIMIENTOS.......................................171

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Matías Cambiaggi
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ISBN: 9789873783678

PROLOGO Los 90 fueron el laboratorio del neoliberalismo después del fin de la Guerra Fría. Una etapa en la que se llevaron a la práctica los preceptos más extremos del capitalismo con su secuela de concentración acelerada del capital, con la hegemonía clara del sector financiero sobre la producción y con el endeudamiento como eje de las políticas económicas. En esa experiencia, como la que ocurre en la actualidad, una gran parte de la sociedad fue desplazada a la margi-nalidad del desempleo, el subempleo, el empleo preca-rizado y la informalidad; el Estado se retiró de los barrios pobres, privatizó la salud y la educación, el transporte y las riquezas del subsuelo y defendió con la represión los privilegios del capital concentrado. Surgió así una realidad inédita, a la que se le agregó el desarrollo y la aplicación de nuevas tecnologías en las comunicaciones, que anunciaron la llegada de la globalización neoliberal: el mundo convertido por primera vez en la historia de la humanidad en un solo mercado con las mismas reglas de intercambio y con grandes flujos de capital itinerantes. Un contexto 9 donde los países de la periferia quedaron aún más expuestos y vulnerables. De este modo, se fue gestando una situación socioeconómica muy diferente a la de las viejas sociedades industrializadas o semindustrializadas. El neolibera-lismo cooptó a gran parte de los partidos populares tradicionales, el radicalismo y el peronismo, y fue preparando así la eclosión de una crisis de represen-tatividad política que se combinó con la crisis de la deuda de diciembre de 2001. Pero las grandes masas de desocupados y marginados, como nuevos sujetos que intervenían con gran protagonismo, también desarmaron las teorías clásicas de la izquierda sobre el sujeto histórico. Sobre esa base real, Matías Cambiaggi habla de una militancia “huérfana”, aunque siempre lo que surge aprovecha y se nutre de experiencias anteriores. En esa militancia huérfana se mezclaban vivencias de todo tipo, desde viejos militantes de izquierda o ex dirigentes del peronismo combativo hasta sindicalistas clasistas que debían reelaborar y deconstruir su historia para rearmarse con nuevos elementos que les permitieran afrontar esta realidad tan diferente a las etapas anteriores. Los 90 guardan una gran similitud con la etapa que se abrió a partir de la asunción de Mauricio Macri, en diciembre de 2015, con la Alianza Cambiemos, entre la derecha radical y los conservadores neoliberales del PRO. El grueso de la resistencia al neoliberalismo de los 90 provino de nuevos sujetos o movimientos sociales. Algunos que planteaban un sindicalismo de un tipo 10 distinto, que incluso iban a buscar a sus afiliados al territorio y planteaban una apertura democrática de las organizaciones, como fueron la CTA1 o los combativos del MTA2 y la Clasista y Combativa del Perro Santillán. Nuevas agrupaciones defensoras de los derechos humanos, como la CORREPI, atenta a las violaciones a esos derechos en un contexto más social que político; o como HIJOS3 y sus escraches a los represores que no eran juzgados después de la amnistía con la que comenzó el gobierno menemista. Es la época, también, en que empieza a sobresalir el trabajo de las Abuelas y los nietos recuperados. Y, finalmente, con los cortes de ruta en Cutral Có y en Tartagal, y con el corte en La Matanza irrumpen, con gran ímpetu, los movimientos territoriales de desocupados. Durante los primeros años de esa década fue una militancia esforzada y silenciosa, que no existía para el resto de la sociedad simplemente porque estaba invi-sibilizada por los grandes medios de comunicación. La irrupción de los movimientos de desocupados, sobre todo, constituyó un motivo de asombro para la mayoría de los argentinos por la masividad que demostraban y su alto grado de organización. Habían reemplazado silenciosa y trabajosamente al Estado en sus barrios con metodologías de solidaridad y participación directa. 1 Central de Trabajadores Argentinos. 2 Movimiento de los Trabajadores Argentinos. 3 Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio. 11 Ese magma subterráneo en ebullición explotó con la crisis de la deuda que resquebrajó el bloque hege-mónico dominante. Pero, en ese punto, los movimientos sociales apenas habían empezado a discutir la necesidad de la construcción de sus representaciones políticas. “Que se vayan todos” fue la consigna de esa explosión. Señalaba el final de una época, pero no acertaba a apuntar las condiciones de la próxima era. Y, al respecto, las posiciones eran dispares. Los sectores autonomistas, que en un primer momento eran mayoritarios, rechazaban cualquier construcción de ese tipo. Las propuestas de las fuerzas de izquierda eran incapaces de contener la amplitud de la protesta. La CTA demoró la convocatoria al Movimiento Político, Social y Cultural que había aprobado su Congreso en Mar del Plata y perdió protagonismo. Así, el amplio espectro que representaba a las fuerzas sociales que habían participado en la resistencia al neoliberalismo en los años 90 llegó con una pata renga a la apertura del nuevo ciclo por el que había luchado. La falta de una opción y de una representación política que tomara sus reivindicaciones como programa de gobierno podría haber llevado a una derrota de esas luchas cuando, paradójicamente, estaban dadas las condiciones para dar un salto cualitativo contra el neoliberalismo. Esa fue la década de los 90. Como periodista, estuve en la fundación de la CTA, en los primeros cortes de Cutral Có, Tartagal y La Matanza, en los primeros escraches de HIJOS y en la experiencia de 12 las Asambleas. Lo que más importaba en esas situaciones era frenar el hambre y la pobreza, frenar a las policías bravas, frenar el cierre de fuentes de trabajo y la falta de justicia. Cada una de esas metas parecía imposible; la relación de fuerzas tan desigual, el clima de época, la cultura dominante, todo era totalmente desfavorable y, sin embargo, esas experiencias fueron consolidando la esperanza de que otro país sí era posible. Ahora, cuando se ha instalado un gobierno que sostiene los mismos parámetros del neolibera-lismo de los 90, resulta conveniente recordar aquellas experiencias históricas de resistencia. -Luis Bruschtein Subdirector de Página/12 13 INTRODUCCIÓN Los años a la intemperie Los 90, en la Argentina, fueron años inaugurales, intensos, trascendentes y, en definitiva, interminables. Desafiando la lógica de los almanaques y sus números redondos, comenzaron prematuros, en 1989, con la vuelta al gobierno del peronismo, en medio de saqueos, hiperinflación y una deuda impagable, y terminaron trece años después, el 20 de diciembre de 2001, casi en las mismas condiciones para el país, pero atravesados por una diferencia sustancial: la aparición determinante del sujeto popular y una insurrección que cambió el rumbo de la historia. El relato de lo que siguió es más conocido o quizás más repetido: los cinco presidentes en una semana, el default, el “que se vayan todos”, la sociedad en la calle, el gobierno fallido de Duhalde, los asesinatos de Maxi y Darío, nuevas elecciones, el ballotage que no fue, los doce años de kirchnerismo, la voluntad inclusiva, los límites o las asignaturas pendientes, la grieta, la victoria de Cambiemos, la gestión del primer partido de derecha que llega al gobierno a través de elecciones 15 y la incómoda sensación del eterno retorno a lo peor de aquellos años. ¿Pero será este el final del ciclo? ¿Volvieron, acaso, los 90? ¿De qué hablamos cuando hablamos de los 90? Esos años inauguraron un cambio cultural profundo que marcó a fuego un antes y un después en el imaginario social de nuestro país y dieron vida a una Argentina de dos caras. De un lado, las ideas y valores del individualismo más abrumador. Del otro, las respuestas fragmentarias, dispersas y heterogéneas del conjunto social que buscó un horizonte inclusivo y solidario. De un lado, el ajuste y su consenso, del otro, la resistencia. De un lado, la represión y el miedo. Del otro, la aparición de nuevas palabras, nuevos actores y prácticas transformadoras. Toda la década de los 90 se desenvolvió detrás de esa dinámica esquiva y compleja, pero también rica por toda su diversidad y potencialidad aún latente. Los 90 son, por eso, mucho más que un sinónimo elíptico del ajuste y la entrega y, para bien y para mal, están lejos de volverse apenas una inofensiva lámina escolar. Tal vez sea esa la principal razón por la cual aún peor que olvidarlos es recordarlos solo como la política del poder y olvidar o subestimar su contraparte: la política de los de abajo. La resistencia. Las propuestas. 16 Los proyectos. La búsqueda. Las preguntas. El no rendirse y, principalmente, la voluntad de imponerse a pesar de todo. Este libro pretende recuperar aquella historia esquiva de militancia y compromiso a contramano, desarrollada a la intemperie y en medio del temporal más violento. Sin un proyecto alternativo a la vista, de espaldas a los partidos tradicionales, a la principal central sindical, desafiando los decretos del fin de la historia y de las ideologías y, por si fuera poco, ante la abierta hostilidad de una buena parte de la sociedad enceguecida por los viajes, el consumo y otros espejitos de colores. Se trata de doce relatos que pueden leerse también como capítulos de una historia más extensa que es, en definitiva, la de toda la década. En cada capítulo, centrado en cada año de la década, se ha rescatado un hecho a través de la historia de algunos de sus protagonistas. 1990 El primer relato del libro atraviesa el clima social de las enormes movilizaciones de rechazo a los decretos de los indultos a los genocidas firmados por el entonces presidente Carlos Menem. Se concentra en la particular respuesta de un colegio de Caballito al odio de un inesperado, para ellos, defensor de la dictadura y sus peores crímenes. La historia, pequeña y desconocida, es, sin embargo, 17 representativa no solo de una herida aún en carne viva, sino del proceso de búsqueda de verdad y justicia que iría multiplicándose como fenómeno a lo largo de los años y que terminaría derrotando, en los hechos, el plan del menemismo de una reconciliación sin justicia y sin memoria. 1991 La fundación de la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI) como respuesta a los casos de gatillo fácil que comenzaban a multiplicarse durante los primeros años del menemismo, sobre todo en el Conurbano, teniendo como blanco a los pibes más pobres. El caso emblema de este proceso fue el asesinato de Walter Bulacio durante un recital de los Redonditos de Ricota y significó una “marca” generacional que derivó en las movilizaciones juveniles más importantes de los primeros 90 y aportó a la organización de un movimiento estudiantil secundario que se multiplicó con los años e hizo de Walter Bulacio su propia bandera. Esta historia, lejos de mostrar la fundación de la CORREPI como un proceso simple, describe también sus dificultades. Hubo recelos y hasta resistencia por parte de algunos de los organismos de derechos humanos ante la aparición de esta nueva propuesta, inenten-dible desde la mirada sobre la confrontación política y 18 social de los años 70 y 80. Se trataba, en este caso, de un nuevo actor desorganizado, alejado de la política y sin ningún interés por el poder que, sin embargo, era percibido como un problema por el nuevo orden político. 1992 La Ley Federal de Educación que planteaba, entre otros aspectos, derivar los costos de las escuelas nacionales hacia provincias sin capacidad de solventarlos, movilizó a toda la comunidad educativa, integrada por profesores, autoridades educativas, padres y estudiantes. El proyecto no atendía, en cambio, ninguno de los problemas más severos que atravesaba el sistema educativo, como el fuerte atraso de los sueldos de los docentes o el estado de deterioro de las escuelas, lo que derivaba en cursos cerrados y alumnos sin clases. La historia que se cuenta, a través de la mirada y la búsqueda política de un estudiante del CBC,4 es también la de un nuevo quiebre entre representantes y representados, una situación que se repetiría hasta el escándalo a lo largo de los años, así como también la del debate sobre cuál era la estrategia más efectiva para enfrentar las medidas de un gobierno que no se detenía frente a nada en su afán ajustador. 4 Ciclo Básico Común. Obligatorio para el ingreso a las carreras de la Universidad de Buenos Aires. 19 1993 El Santiagazo fue el primer gran grito de las provincias del norte, a las que muchos funcionarios calificaban de inviables. La lucha por el cobro de sueldos, que derivó en la pueblada llamada Santiagazo o Santiagueñazo, fue la de todo un pueblo sostenido casi en exclusividad por la administración pública, y tuvo la particularidad de que incluyó niveles de violencia desconocidos hasta el momento, menos aún en una provincia tranquila como Santiago del Estero. A este hecho le siguieron otros similares y de este proceso regional emergió como una de sus figuras más reconocidas el Perro Santillán, líder de los municipales jujeños e imagen de la temprana combatividad que evidenció la década. Chungui Chazarreta, el protagonista de esta historia, la cuenta desde su lugar de estudiante universitario comprometido con las luchas de los trabajadores y como un santiagueño más, bien metido en la cotidianidad de su pueblo. 1994 La marcha número cien de los jubilados en su histórico reclamo por los cuatrocientos cincuenta pesos es el puntapié inicial de este capítulo que también narra el proceso de conformación del grupo de Norma Plá, sus metodologías y un balance de sus enseñanzas o legados. 20 La historia es relatada por una experimentada militante peronista, compañera de Norma Plá durante la organización de este sector. Cuando narra su acercamiento a la militancia en una organización de jubilados, cuenta también sus aportes y miradas contrastadas con su trayectoria militante y el valor inequívoco de Norma Plá en estas luchas y las lides políticas en su conjunto. 1995 La ORP5 llevó adelante la organización y la logística para detener al partero de la ESMA6, Jorge Bergés, y esa fue la última operación de una guerrilla en Argentina. En esta historia se pone en juego el contexto histórico y político, así como el debate y la actualidad de la “vía armada” como forma de acceder al poder en la Argentina a partir de algunas de las respuestas del movimiento político y social ante el hecho. 1996 Se narra aquí el último capítulo y el más violento de 5 Organización Revolucionaria del Pueblo. 6 Escuela de Mecánica de la Armada. Durante la dictadura de 1976 funcionó como un centro clandestino de detención, tortura y exterminio. 21 un largo proceso de oposición estudiantil universitaria a los intentos del gobierno y de los rectorados de las universidades nacionales por imponer la Ley de Educación Superior, la cual se consideraba una de las formas del ajuste en las universidades. Ese año ocurrió en La Plata la reacción conocida como “el 20 de febrero de 1996”. La historia que cuenta Araceli aborda un largo año de luchas, entre las cuales se destaca “el abrazo al Congreso de la Nación” que realizaron los estudiantes para impedir que los diputados sesionaran para aprobar esta ley, que entre otras cosas planteaba un acortamiento del ciclo de grado para arancelar como un posgrado lo que era gratuito, así como una reorientación de los contenidos vinculada con “exigencias del mercado” de dudoso valor académico. 1997 La experiencia desde adentro del primer escrache de HIJOS, los hechos, su contexto y también una enseñanza paralela sobre la actualidad de una disputa que se puso en juego durante la década de los 70 y aún no fue saldada por muchos de sus protagonistas. Sin detenerse en estos aspectos, el relato también sobrevuela la particular dinámica organizacional de HIJOS y su carácter explosivo e innovador: el consenso a ultranza, las asambleas, la voluntad de exorcizar y recuperar en distintos sentidos la década 22 de los 70, la experiencia generacional, la amistad, el trámite colectivo de un trauma individual y social transformado en energía creadora. 1998 La recuperación de una unidad básica de los Montoneros ubicada en el Partido de Munro, zona norte del gran Buenos Aires, que derivó en un proceso de lucha y enfrentamientos importantes que reactivó, de distintas formas, la actualidad de hechos derivados del accionar ilegal de la última dictadura que se sostuvieron y apoyaron en los siguientes gobiernos democráticos. La recuperación de la casa dejó al descubierto estos manejos y, al mismo tiempo, se convirtió en un hecho concreto de avance sin pedir permiso sobre el terreno perdido. 1999 El largo conflicto encabezado por docentes y empleados públicos de la provincia de Corrientes, que derivó durante varios días en el corte del puente que une a esta provincia con la de Chaco. Por una serie de causas, este hecho, nacido durante el gobierno de Menem, se extendió también al de De la Rúa y de esta forma se convirtió en el primer conflicto que afrontó el gobierno radical a una semana de asumir. 23 La represión fue salvaje, con un saldo de dos muertos, y marcó la tónica del carácter del gobierno entrante. Esta historia es también la de los propios debates del movimiento social sobre sus objetivos, metodologías y la democracia de las organizaciones. La experiencia de los Autoconvocados, el sector mayoritario de este conjunto social correntino, contada por Lucía Abad, una de sus protagonistas, es también, de forma anecdótica, un muestrario de alguno de esos debates. 2000 El Matanzazo fue el masivo y extendido corte en La Matanza de la ruta 3, que unió detrás de la CCC7 y la FTV-CTA8 a todo el conjunto de las organizaciones de desocupados. Este acampe piquetero de veinte días fue una experiencia novedosa y de confraternidad militante inédita que fue puesta a prueba de distintas formas por el gobierno. Sin embargo, logró torcerle el brazo al poder político y consiguió algo que, hasta ese momento y para cada organización por separado, resultaba casi imposible. Por este motivo se volvió un “parteaguas” que influyó en gran medida en toda la dinámica posterior que siguió el conflicto social. Conocer este hecho en profundidad resulta de la mayor importancia histórica y teórica. 7 Corriente Clasista y Combativa. 8 Federación de Tierra y Vivienda, integrante de la Central de los Trabajadores Argentinos. 24 2001 El final corresponde a los días 19 y 20 de diciembre y las jornadas que cerraron la experiencia neoliberal en nuestro país. Petete y Damián son dos amigos que, ante la desconfianza en los movimientos existentes y la voluntad de protagonismo, decidieron hacer política por mano propia, confiando ante todo en el lazo que los unía, en los resultados de sus largos debates con el objetivo de cambiar el mundo y en los resultados que conseguían organizando compañeros en los barrios. Petete fue uno de los compañeros que murió asesinado en la gesta del 20 de diciembre, pero el último recuerdo de su amigo fue el de su inmensa alegría cuando hacía retroceder a la policía y parecía consciente de que estaba por ayudar a cambiar la historia. En resumen, doce historias y un final a coro que articulan, más que un argumento o una reflexión definitiva, episodios dispersos y heterogéneos que irán buscando su lugar en el tiempo y junto a otras miradas que los complementen. El aguante es, en definitiva, una mirada y también una propuesta. Se trata de historias narradas con la voz y desde la perspectiva de los protagonistas. De jóvenes y viejos. De hechos trascendentes y de otros desconocidos. De reflexiones y de experiencias. De elaboración del pasado, pero también de animarse a pensar el futuro. 25 Sin fórmulas ni verdades definitivas, pretende ayudar a recuperar un momento histórico que aún late con fuerza y constituye una caja de herramientas imprescindible para estos tiempos, también violentos y peligrosos. Ni tan lejos, ni tan cerca, pero ahí están los 90. Y todavía nos interpelan. 26 MOMENTO CERO (Instantánea del origen) La sombra de Facundo, convocada otra vez, se levanta de entre la arena y se posa sobre el candidato y su desvencijado colectivo de campaña para otorgarles el aura de la leyenda nacional. Todavía todo es polvo, gargantas secas, caminos de ripio. El comienzo, apenas, de un largo recorrido aún por conquistar. A la entrada del pueblo, subido a lo alto del colectivo al que todos comienzan a llamar Menemóvil, el candidato saluda. Lleva una camisa blanca arremangada y agita su brazo hacia un lado y hacia el otro como una reina de la vendimia. Los que lo rodean, candidatos menores, amigos y cholulos, lo imitan. Todos parecen felices. O, por lo menos, despreocupados, como si vivieran en un país distinto al que se encuentra debajo de sus pies. “Está naciendo la última gesta del siglo”, dicen algunos, tal vez convencidos. Para otros es el interior indómito el que otra vez se hace escuchar y otros tantos, inspirados en la Biblia, citan a Moisés, porque para salvarlos hace falta alguien de otro mundo. 27 El hombre alienta todas las versiones. Se siente ganador. Saluda. ¿Hay alguien capaz de detenerlo? El sol y el polvo reseco del norte, ajenos a las versiones, no se detienen en metáforas y apenas dejan respirar. Debajo y a los costados del colectivo, una marea de personas le responde al candidato con el mismo gesto, como hipnotizados. Se escuchan gritos, llantos, pedidos y ofrecimientos. Hay pasión, esperanza, amor, desesperación y también contagio. Al costado del camino, se levantan carteles pintados con marcadores gastados, otros más formales, impresos por los punteros locales y los de la campaña nacional con la imagen del candidato y la palabra “salariazo” como una contraseña mágica. El colectivo avanza entre la gente de forma casi imperceptible. Empieza a soplar un viento caliente. El candidato sostiene como puede la compostura de su pelo negro, largo y ondulado. Su sonrisa, en cambio, sigue amplia, cobijada por sus patillas salvajes de caudillo. Y saluda, otra vez. El colectivo vuelve a avanzar y conquista otro metro de tierra muerta. 28 INDICE PRÓLOGO.............................................9 INTRODUCCIÓN - Los años a la intemperie.............15 MOMENTO CERO - (Instantánea del origen).............27 parte uno Derrota y repliegue DESAGRAVIO (1990) - Los indultos y la rebelión de un colegio secundario.............................31 CORREPIBEVIENELAYUTA (1991) - El caso Bulacio y la fundación de la CORREPI.........................39 ERA POR ABAJO... (1992) - La movilización contra la Ley Federal de Educación..........................49 parte dos La nueva resistencia SOY CHACARERA (1993) - El Santiagazo..................63 CIEN MIÉRCOLES (1994) - Los jubilados de Norma Plá....73 OPERACIÓN BERGÉS (1995) - La ORP y el último operativo de la guerrilla argentina.............................81 parte tres Extensión y radicalización de la resistencia LA PLATA QUEMA (1996) - La última batalla contra la Ley de Educación....................................91 SI NO HAY JUSTICIA (1997) - El primer escrache de HIJOS.103 LA CASA DE LA MEMORIA (1998) - Recuperación de una unidad básica combatiente.............................109 UN SAPUCAY PARA FERNANDO (1999) - Los Autoconvocados y el primer corte contra De la Rúa....................123 EN LA RUTA (2000) - La historia del Matanzazo desde adentro.........................................133 parte cuatro Insurrección y final LA RISA DE PETETE (2001) - El 20 de diciembre........149 LOS OTROS 19 Y 20 - Memoria coral del último día del neoliberalismo en la Argentina....................159 MOMENTO CERO - Instantá nea del finalprincipio........169 AGRADECIMIENTOS.......................................171