Marcia Schvartz
El ánima
Edit. de la univ. Nac. Tres de Febrero (EDUNTREF)

Páginas:
Formato:
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 978987-1172-34-4

Marcia Schvartz, me dice una amiga, conmueve por ese registro desgarrado de la condición humana que va estampando en su obra. La palabra "estampando" no parece casual; como en "estampitas" desaforadas, Marcia va recortando toda una iconografía de dioses laicos -esos andróginos que tiemblan, posando, en alguno de sus cuadros-o de rituales de una religión cotidiana, la de estar en Buenos Aires, en ciertos lugares de Buenos Aires: una señora en chancletas rodeada de malvones en un patio que insinúa un conventillo, la transformación de ciertos héroes de arra- bal (mezcla de los suburbios de la ciudad con la ropa de los muchachos de ciertos suburbios de Londres). Dije estampas, agrego: aguafuertes; una palabra que la li- teratura (la crónica periodística en su cercanía con la literatura) le ha robado a las artes visuales. Una lluvia fuerte que cruza personajes, objetos (de culto), leyendas (rezos), ataca todos los días en cualquier lugar de la ciudad con una persistencia que pone todo parejo, invisible: Marcia ve detrás de ese disimulo, impiadosa, Bal- zac del pincel. Un pincel que no perdona el menor detalle -el más tierno, o el que da más vergüenza ajena- desde una técnica que se niega al hiperrealismo (que podría) para no enfriar el chaparrón casi monstruoso de destinos que cae en su obra, aquí nomás. Miguel Briante Casa de la Provincia de Buenos Aires, 1989.

El ánima

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Marcia Schvartz, me dice una amiga, conmueve por ese registro desgarrado de la condición humana que va estampando en su obra. La palabra "estampando" no parece casual; como en "estampitas" desaforadas, Marcia va recortando toda una iconografía de dioses laicos -esos andróginos que tiemblan, posando, en alguno de sus cuadros-o de rituales de una religión cotidiana, la de estar en Buenos Aires, en ciertos lugares de Buenos Aires: una señora en chancletas rodeada de malvones en un patio que insinúa un conventillo, la transformación de ciertos héroes de arra- bal (mezcla de los suburbios de la ciudad con la ropa de los muchachos de ciertos suburbios de Londres). Dije estampas, agrego: aguafuertes; una palabra que la li- teratura (la crónica periodística en su cercanía con la literatura) le ha robado a las artes visuales. Una lluvia fuerte que cruza personajes, objetos (de culto), leyendas (rezos), ataca todos los días en cualquier lugar de la ciudad con una persistencia que pone todo parejo, invisible: Marcia ve detrás de ese disimulo, impiadosa, Bal- zac del pincel. Un pincel que no perdona el menor detalle -el más tierno, o el que da más vergüenza ajena- desde una técnica que se niega al hiperrealismo (que podría) para no enfriar el chaparrón casi monstruoso de destinos que cae en su obra, aquí nomás. Miguel Briante Casa de la Provincia de Buenos Aires, 1989.