Sergio Raúl Castaño
El estado en el orden Internacional
EDUCA - Editorial De La Universidad Católica Argen

Páginas:
Formato:
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789876204071

Al socaire de un cúmulo de confusiones doctrinales Cía soberanía estatal consiste en una delegación de competencias del derecho internacional; “el tratado prima sobre la constitución”, entre varias de las más directamente involucradas), los fueros del sujeto primario, causa y fundamento del derecho internacional -el Estado-, se ven jaqueados en la praxis por un plexo de fuerzas convergentes. Entre ellas se cuentan poderes imperialistas de signo mesiánico; y, con papel protagónico, organismos internacionales que blanden una concepción crecientemente nominalista de los derechos humanos. Unos derechos humanos por momentos sin quicio ni verdad, cuyo común denominador es lo que niegan. Y que hoy pretenden fungir de principio de legitimidad de ejercicio para toda potestad política. Serán precisamente los cuerpos de monitoreo de los tratados de derechos humanos los intérpretes oficiales auto investidos de tal principio global de legitimidad a los que deberán subordinarse los Estados y sus pueblos. He aquí el último giro, cosmopolita, del argumento jacobino denunciado por Schmitt en la democracia moderna, por el cual la minoría ilustrada enseña a la mayoría “soberana” cuál es su auténtico bien. En este libro, desde la perspectiva privilegiada de la Teoría del Estado, se analiza y enjuicia críticamente la deriva mundialista de la política y del derecho internacional contemporáneos.

El estado en el orden Internacional

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Al socaire de un cúmulo de confusiones doctrinales Cía soberanía estatal consiste en una delegación de competencias del derecho internacional; “el tratado prima sobre la constitución”, entre varias de las más directamente involucradas), los fueros del sujeto primario, causa y fundamento del derecho internacional -el Estado-, se ven jaqueados en la praxis por un plexo de fuerzas convergentes. Entre ellas se cuentan poderes imperialistas de signo mesiánico; y, con papel protagónico, organismos internacionales que blanden una concepción crecientemente nominalista de los derechos humanos. Unos derechos humanos por momentos sin quicio ni verdad, cuyo común denominador es lo que niegan. Y que hoy pretenden fungir de principio de legitimidad de ejercicio para toda potestad política. Serán precisamente los cuerpos de monitoreo de los tratados de derechos humanos los intérpretes oficiales auto investidos de tal principio global de legitimidad a los que deberán subordinarse los Estados y sus pueblos. He aquí el último giro, cosmopolita, del argumento jacobino denunciado por Schmitt en la democracia moderna, por el cual la minoría ilustrada enseña a la mayoría “soberana” cuál es su auténtico bien. En este libro, desde la perspectiva privilegiada de la Teoría del Estado, se analiza y enjuicia críticamente la deriva mundialista de la política y del derecho internacional contemporáneos.