Manuel Cruz
El virus del miedo
La Caja books

Páginas: 200
Formato:
Peso: 0.324 kgs.
ISBN: 9788417496470

Asimov pensaba que la ciencia ficción era consecuencia de una nueva manera de concebir el tiempo. De una toma de conciencia del futuro movida por la incesante sucesión de innovaciones tecnológicas y científicas que generó el siglo XIX. El mundo empezó a cambiar tan rápido que preguntarse sobre lo que pasará dentro de diez, cien o mil años se convirtió en algo ineludible. Entre otras muchas cosas, Manuel Cruz plantea la posibilidad de que la ciencia ficción, a sus dos siglos de vida, haya muerto de éxito. ¿No vivimos ya en el mundo distópico con el que algunas ficciones especulaban? Lo que parece claro es que hay una suerte de sensibilidad apocalíptica del presente. De que este tiempo que vivimos es de descuento, una especie de prórroga o de trash time así se refieren en la NBA a los minutos finales de los partidos irrelevantes-. Si arqueas la ceja con escepticismo mientras me lees, puedes darte un paseo por Twitter. Hasta los memes sobre el fin del mundo empiezan a oler a viejo. En medio de todo esto, justo ayer, llegaba a las librerías El virus del Miedo, un ensayo donde Manuel Cruz, catedrático de Filosofía, se pregunta por la manera en la que el miedo condiciona como entendemos el mundo. Un libro acerca de los peligros del miedo derivados de la situación actual. Una respuesta filosófica a algunos del problemas más acuciantes del momento presente. Cabe la posibilidad de que se produzca una disociación entre el miedo y los peligros que en efecto lo causan y que sea incluso frecuente que las personas se confundan y terminen atribuyendo su sensación de inseguridad y vulnerabilidad a factores cuya presencia no explica dicha reacción (o la medida de la misma). De hecho, una de las formas más frecuentes utilizadas por el poder para instrumentalizar el miedo es precisamente la de orientarlo hacia una determinada dirección, convirtiendo, por ejemplo, a un determinado grupo o sector (judíos, inmigrantes, musulmanes, o élites de diverso tipo: disponemos de una amplia gama de ejemplos entre los que escoger) en el falso objeto de los temores de los ciudadanos. En todo caso, equivocado o no, cabe afirmar que, finalmente, el objeto del miedo es siempre algo determinado.

El virus del miedo

$29.990,00
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Asimov pensaba que la ciencia ficción era consecuencia de una nueva manera de concebir el tiempo. De una toma de conciencia del futuro movida por la incesante sucesión de innovaciones tecnológicas y científicas que generó el siglo XIX. El mundo empezó a cambiar tan rápido que preguntarse sobre lo que pasará dentro de diez, cien o mil años se convirtió en algo ineludible. Entre otras muchas cosas, Manuel Cruz plantea la posibilidad de que la ciencia ficción, a sus dos siglos de vida, haya muerto de éxito. ¿No vivimos ya en el mundo distópico con el que algunas ficciones especulaban? Lo que parece claro es que hay una suerte de sensibilidad apocalíptica del presente. De que este tiempo que vivimos es de descuento, una especie de prórroga o de trash time así se refieren en la NBA a los minutos finales de los partidos irrelevantes-. Si arqueas la ceja con escepticismo mientras me lees, puedes darte un paseo por Twitter. Hasta los memes sobre el fin del mundo empiezan a oler a viejo. En medio de todo esto, justo ayer, llegaba a las librerías El virus del Miedo, un ensayo donde Manuel Cruz, catedrático de Filosofía, se pregunta por la manera en la que el miedo condiciona como entendemos el mundo. Un libro acerca de los peligros del miedo derivados de la situación actual. Una respuesta filosófica a algunos del problemas más acuciantes del momento presente. Cabe la posibilidad de que se produzca una disociación entre el miedo y los peligros que en efecto lo causan y que sea incluso frecuente que las personas se confundan y terminen atribuyendo su sensación de inseguridad y vulnerabilidad a factores cuya presencia no explica dicha reacción (o la medida de la misma). De hecho, una de las formas más frecuentes utilizadas por el poder para instrumentalizar el miedo es precisamente la de orientarlo hacia una determinada dirección, convirtiendo, por ejemplo, a un determinado grupo o sector (judíos, inmigrantes, musulmanes, o élites de diverso tipo: disponemos de una amplia gama de ejemplos entre los que escoger) en el falso objeto de los temores de los ciudadanos. En todo caso, equivocado o no, cabe afirmar que, finalmente, el objeto del miedo es siempre algo determinado.