Carlos Chordá
EL YETI Y OTROS BICHOS ¡VAYA TIMO!
Laetoli

Páginas: 136
Formato: 230x150mm
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9788493566128

Serpientes marinas gigantes, pulpos con masas calculadas en toneladas, misteriosos marsupiales, hombres de Neandertal y otros homínidos salvajes, perezosos gigantes, monstruos acuáticos, brontosaurios, pterosaurios, mamuts... Un cajón de sastre borgiano donde cabe todo tipo de bichos raros. En 1986, Bernard Heuvelmans, el inventor del término criptozoología ("estudio de los animales ocultos") puso un poco de orden en el mundo de esos seres "escondidos" y redactó una lista que sigue creciendo en la que incluyó a todos los anteriores más otros como el el chupacabras, el monstruo del Lago Ness y el abominable hombre de las nieves. Desde luego, nunca tendremos una buena fotografía de ninguno de ellos. Como siempre, las fotos saldrán borrosas por culpa de la humedad de las lentes, o al fotógrafo se le caerá la cámara en medio de un río lleno de hipopótamos, o se la robará un travieso monito...

EL YETI Y OTROS BICHOS ¡VAYA TIMO!

$13.500,00
EL YETI Y OTROS BICHOS ¡VAYA TIMO! $13.500,00
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

Carlos Chordá
EL YETI Y OTROS BICHOS ¡VAYA TIMO!
Laetoli

Páginas: 136
Formato: 230x150mm
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9788493566128

Serpientes marinas gigantes, pulpos con masas calculadas en toneladas, misteriosos marsupiales, hombres de Neandertal y otros homínidos salvajes, perezosos gigantes, monstruos acuáticos, brontosaurios, pterosaurios, mamuts... Un cajón de sastre borgiano donde cabe todo tipo de bichos raros. En 1986, Bernard Heuvelmans, el inventor del término criptozoología ("estudio de los animales ocultos") puso un poco de orden en el mundo de esos seres "escondidos" y redactó una lista que sigue creciendo en la que incluyó a todos los anteriores más otros como el el chupacabras, el monstruo del Lago Ness y el abominable hombre de las nieves. Desde luego, nunca tendremos una buena fotografía de ninguno de ellos. Como siempre, las fotos saldrán borrosas por culpa de la humedad de las lentes, o al fotógrafo se le caerá la cámara en medio de un río lleno de hipopótamos, o se la robará un travieso monito...