Ben Lerner, Ezequiel Zaidenwerg
Elegías de doppler
Zindo & Gafuri

Páginas:
Formato:
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789873760099

(extracto de la introducción) la lírica negativa de Ben Lerner En 1957, en una reseña de Stanzas in Meditation, tal vez el libro más experimental e importante de Gertrude Stein, un joven John Ashbery analizaba uno de los procedimientos poéticos fundamentales de su predecesora: una monotonía “fértil, que produce entusiasmo, como el fluir monótono del agua en la represa produce energía eléctrica”, la abundancia de conectores “descoloridos”, en contraste con la esporádica aparición de “una naranja, una lila o un Albert”, que Stein incorporaba en el poema “para recordarnos que en efecto estaba hablando del mundo, nuestro mundo”. Ashbery comparaba estas irrupciones contrastantes con “ciertas pinturas monocromáticas de Kooning, en las que pinceladas de color aislado adquieren una exquisitez que jamás habrían tenido fuera de contexto, o una pieza musical de Webern, donde una única nota que toca la celesta irriga de repente todo un desierto de sonidos áridos y chirriantes". Quien haya frecuentado la obra de John Ashbery probablemente reconozca aquí una descripción precisa de la poética del propio autor, con excepción tal vez del “Autorretrato en un espejo convexo”. Lo que está en juego es una idea de representación del mundo y la experiencia sensible, que en lugar de la mimesis tradicional - según la que, a nivel del contenido, a un objeto, a un atributo o a una acción les corresponderían una palabra o una frase-, propone una suerte de La experiencia de la vida, para Ashbery, es una tela opaca o un continuo de ruido ininteligible. Sin embargo, la irrupción de una pincelada de color -como en de Kooning- o de una nota de celesta -como en Webern- reconfigura el conjunto y cobra la fuerza de un acontecimiento, no por sí misma, sino en esa alternancia solidaria -rítmica aunque espasmódica- entre luz y oscuridad, música y ruido. Lo que sorprende, incluso más que el hecho de que Ashbery utilice a Stein como un espejo en que estudiarse a sí mismo -algo que. a fin de cuentas, es un tropo de la crítica del que este ensayo probablemente no escape-, es que un autor a quien se considera un pionero de la posmodernidad y el experimentalismo en poesía se refiera a -e incluso reivindique- una “verdadera naturaleza”. Esta tensión entre experiencia y representación es también central en la poesía de Ben Lerner, que reconoce de manera explícita ¡a influencia de Ashbery. Amén de que el título de la novela por la que quizá sea más conocido (Saliendo de la estación de Atocha, de...

Elegías de doppler

$21.300,00
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Ben Lerner, Ezequiel Zaidenwerg
Elegías de doppler
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(extracto de la introducción) la lírica negativa de Ben Lerner En 1957, en una reseña de Stanzas in Meditation, tal vez el libro más experimental e importante de Gertrude Stein, un joven John Ashbery analizaba uno de los procedimientos poéticos fundamentales de su predecesora: una monotonía “fértil, que produce entusiasmo, como el fluir monótono del agua en la represa produce energía eléctrica”, la abundancia de conectores “descoloridos”, en contraste con la esporádica aparición de “una naranja, una lila o un Albert”, que Stein incorporaba en el poema “para recordarnos que en efecto estaba hablando del mundo, nuestro mundo”. Ashbery comparaba estas irrupciones contrastantes con “ciertas pinturas monocromáticas de Kooning, en las que pinceladas de color aislado adquieren una exquisitez que jamás habrían tenido fuera de contexto, o una pieza musical de Webern, donde una única nota que toca la celesta irriga de repente todo un desierto de sonidos áridos y chirriantes". Quien haya frecuentado la obra de John Ashbery probablemente reconozca aquí una descripción precisa de la poética del propio autor, con excepción tal vez del “Autorretrato en un espejo convexo”. Lo que está en juego es una idea de representación del mundo y la experiencia sensible, que en lugar de la mimesis tradicional - según la que, a nivel del contenido, a un objeto, a un atributo o a una acción les corresponderían una palabra o una frase-, propone una suerte de La experiencia de la vida, para Ashbery, es una tela opaca o un continuo de ruido ininteligible. Sin embargo, la irrupción de una pincelada de color -como en de Kooning- o de una nota de celesta -como en Webern- reconfigura el conjunto y cobra la fuerza de un acontecimiento, no por sí misma, sino en esa alternancia solidaria -rítmica aunque espasmódica- entre luz y oscuridad, música y ruido. Lo que sorprende, incluso más que el hecho de que Ashbery utilice a Stein como un espejo en que estudiarse a sí mismo -algo que. a fin de cuentas, es un tropo de la crítica del que este ensayo probablemente no escape-, es que un autor a quien se considera un pionero de la posmodernidad y el experimentalismo en poesía se refiera a -e incluso reivindique- una “verdadera naturaleza”. Esta tensión entre experiencia y representación es también central en la poesía de Ben Lerner, que reconoce de manera explícita ¡a influencia de Ashbery. Amén de que el título de la novela por la que quizá sea más conocido (Saliendo de la estación de Atocha, de...