Ángel Cordovilla Pérez
EN DEFENSA DE LA TEOLOGÍA
SIGUEME

Páginas: 288
Formato: 135 mm x 210 mm
Peso: 400.0 kgs.
ISBN: 9788430118748

La fe cristiana, por remitir a Dios y por confiar radicalmente en el ser humano, reclama y engendra en toda circunstancia y tiempo un logos, una razón, una palabra, un pensar. Este libro es un elogio de la teología, una defensa de la fe que busca la razón y del logos que busca ser creíble. Sin embargo, este elogio no es ingenuo, sino comprometido. De hecho, el mayor riesgo que corre hoy la teología es dejar de ser lo que ella es. Acuciada por la irrelevancia cultural y no pocas veces eclesial, la teología ha de luchar contra la tentación de renunciar a su identidad y no decir su palabra ante los retos que la sociedad científica y tecnológica plantea a la existencia humana, y a la vida y la misión de la Iglesia. Es cierto que vivimos un tiempo de cambio y que todavía no tenemos la teología adecuada a la altura de la actual conciencia histórica. Pero antes que aislarse y encerrarse en sí misma, la teología tiene que tener paciencia y volver a descubrir su identidad desde el diálogo abierto y la relación activa con la sociedad y la Iglesia.

EN DEFENSA DE LA TEOLOGÍA

$40.256,00
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La fe cristiana, por remitir a Dios y por confiar radicalmente en el ser humano, reclama y engendra en toda circunstancia y tiempo un logos, una razón, una palabra, un pensar. Este libro es un elogio de la teología, una defensa de la fe que busca la razón y del logos que busca ser creíble. Sin embargo, este elogio no es ingenuo, sino comprometido. De hecho, el mayor riesgo que corre hoy la teología es dejar de ser lo que ella es. Acuciada por la irrelevancia cultural y no pocas veces eclesial, la teología ha de luchar contra la tentación de renunciar a su identidad y no decir su palabra ante los retos que la sociedad científica y tecnológica plantea a la existencia humana, y a la vida y la misión de la Iglesia. Es cierto que vivimos un tiempo de cambio y que todavía no tenemos la teología adecuada a la altura de la actual conciencia histórica. Pero antes que aislarse y encerrarse en sí misma, la teología tiene que tener paciencia y volver a descubrir su identidad desde el diálogo abierto y la relación activa con la sociedad y la Iglesia.