Guy Delisle
GUIA DEL MAL PADRE
Astiberri

Páginas:
Formato:
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9788415685098

Tras varios años de viajes por el mundo, que le han inspirado obras como Shenzhen, Pyongyang, Crónicas birmanas y Crónicas de Jerusalén, Guy Delisle cambia de registro en esta Guía del mal padre, en la que “todo es casi cien por cien verdad”. Delisle se muestra a sí mismo como un padre que cuenta a sus hijos historias terroríficas o les da consejos no exentos de surrealismo... El autor quebequés se desata con un humor que ya se anticipaba en sus obras anteriores. Olvidar por dos noches consecutivas dejar una moneda debajo de la almohada de su hijo que ha perdido un diente y justificarlo diciéndole que el ratoncito Pérez está desbordado de trabajo, negarse a compartir con su hija sus cereales importados preferidos y tratar de convencerla de que sus Chocapic son mejores, fingir cortarse un brazo con la motosierra para asustar a su hijo no son acciones propias de un buen padre. Guy Delisle juega con nuestro sentimiento de culpa y se adjudica, para mayor disfrute de sus lectores, el papel de padre irresponsable y canalla. Delisle se divierte pervirtiendo el imaginario infantil y actúa como un adulto mezquino ante sus hijos sin prestar atención a las consecuencias de su proceder y del contenido de las historias que les cuenta.

GUIA DEL MAL PADRE

$9.750,00
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Tras varios años de viajes por el mundo, que le han inspirado obras como Shenzhen, Pyongyang, Crónicas birmanas y Crónicas de Jerusalén, Guy Delisle cambia de registro en esta Guía del mal padre, en la que “todo es casi cien por cien verdad”. Delisle se muestra a sí mismo como un padre que cuenta a sus hijos historias terroríficas o les da consejos no exentos de surrealismo... El autor quebequés se desata con un humor que ya se anticipaba en sus obras anteriores. Olvidar por dos noches consecutivas dejar una moneda debajo de la almohada de su hijo que ha perdido un diente y justificarlo diciéndole que el ratoncito Pérez está desbordado de trabajo, negarse a compartir con su hija sus cereales importados preferidos y tratar de convencerla de que sus Chocapic son mejores, fingir cortarse un brazo con la motosierra para asustar a su hijo no son acciones propias de un buen padre. Guy Delisle juega con nuestro sentimiento de culpa y se adjudica, para mayor disfrute de sus lectores, el papel de padre irresponsable y canalla. Delisle se divierte pervirtiendo el imaginario infantil y actúa como un adulto mezquino ante sus hijos sin prestar atención a las consecuencias de su proceder y del contenido de las historias que les cuenta.