Georg Fr. Nicolai
Homenaje de despedida a la tradición de Córdoba Docta y Santa
UNC - Universidad Nacional de Córdoba

Páginas:
Formato:
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 978950-33-0678-9

Prólogo "Perseguido y negado, ayer y hoy, por los filisteos de todos los países, dentro y fuera de la Universidad... encarcelado durante meses por el delito de pensar que la guerra es mala ", dice de el Deodoro Roca, en uno de los dos pequeños escritos que le dedicara. A Nicolai, “especie de Sócrates vagabundo que ha sobrevivido a la cicuta”, consideraba Deodoro como uno de los más altos maestros de su tiempo, denominación que en la pluma del autor del Manifiesto Liminar alcanza su significado más sensible, si es verdad que “la Reforma -como era concebida por esa misma pluma en los desdichados años treinta, según una frase extraordinaria- fue y es un abierto ensayo para llegar a un maestro”. La partida de Nicolai de la Universidad Argentina, donde había llegado en 1921, era la prueba más amarga del fracaso en el que se hallaba sumida la aventura reformista, devorada en su anhelo creativo por la rutina de repetir la ciencia “ya hecha" y “fabricar egresados ” Al abandonar el país en 1928, decía volver a la vieja Europa harto ya de la espera inútil... ¡Quién sabe lo que sucederá! Pero ¿ que podía hacer? Estas tiei i as parecen poco hospitalarias para mí". Años antes -precisamente durante el comienzo de las hostilidades en 1914-, frente a un manifiesto nacionalista de tono bélico firmado por noventa y tres científicos de la Universidad de Berlín en la que era profesor, Georg Friedrich Nicolai había redactado un contramanifiesto bajo el título Llamamiento a los europeos, donde afirmaba que para las personas educadas de todos los países era “no solamente sabio, sino imperativo ejercer su influencia para llegar a un tratado de paz que no contenga el germen de una nueva guerra, cualquiera que sea el resultado del presente conflicto ” Sólo obtuvo tres adhesiones: la del astrónomo Wilhelm Julias Fórster; la del filósofo Otto Bueky la delfísiCo Albert Einstein. Nicolai, que había nacido en Berlín en 1874, fue un prolífico hombre de ciencia al que nada parecía serle ajeno: estudió histiología, cardiología, fisiología, matemáticas, física, historia natural, filosofía de las ciencias, sociología, psicología y crítica de arte. Durante la Gran Guerra, execrado por sus colegas por su oposición al pangermanismo imperante y su prédica pacifista, se recluyó y escribió La biología de la guerra -tal vez su escrito más célebre-, publicado en Zurich. Al término de la contienda, Nicolai abandonó Alemania y se radicó en la ciudad de Córdoba, en cuya Universidad ocupó la cátedra de Fisiología. Durante la visita de Einstein a nuestra ciudad en abril de 1925, Nicolai se reencontró con su viejo amigo y escribió en la Revista de filosofía un articulo sobre la teoría de la relatividad. En su estadía argentina, ademas de su vinculo con el círculo reformista cordobés trabó amistad con Elias Castelnuovo, referente del grupo de Boedo y fundador de la revista Extrema izquierda El irónico Homenaje de despedida a la tradición de Córdoba docta y santa -que cuenta tal vez como antecedente único las memorables páginas del Facundo sarmientino correspondientes al capitulo sobre Córdoba- da en el centro empedernido de una ciudad en la que no existe el peligro del modernismo”. Como acápite, lleva el conocido poema de Emilio Bizarro, hombre de vida intensa y muerte prematura, quien luego de graduarse en nuestra universidad se desempeñó como médico rural y fue autor de una variada obra ensayística y científica. Bizarro fue el primer tudioso argentino que, en el temprano año de 1936, llamó la atención sobre la obra de Jacques Lacan.

Homenaje de despedida a la tradición de Córdoba Docta y Santa

$6.500,00
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Prólogo "Perseguido y negado, ayer y hoy, por los filisteos de todos los países, dentro y fuera de la Universidad... encarcelado durante meses por el delito de pensar que la guerra es mala ", dice de el Deodoro Roca, en uno de los dos pequeños escritos que le dedicara. A Nicolai, “especie de Sócrates vagabundo que ha sobrevivido a la cicuta”, consideraba Deodoro como uno de los más altos maestros de su tiempo, denominación que en la pluma del autor del Manifiesto Liminar alcanza su significado más sensible, si es verdad que “la Reforma -como era concebida por esa misma pluma en los desdichados años treinta, según una frase extraordinaria- fue y es un abierto ensayo para llegar a un maestro”. La partida de Nicolai de la Universidad Argentina, donde había llegado en 1921, era la prueba más amarga del fracaso en el que se hallaba sumida la aventura reformista, devorada en su anhelo creativo por la rutina de repetir la ciencia “ya hecha" y “fabricar egresados ” Al abandonar el país en 1928, decía volver a la vieja Europa harto ya de la espera inútil... ¡Quién sabe lo que sucederá! Pero ¿ que podía hacer? Estas tiei i as parecen poco hospitalarias para mí". Años antes -precisamente durante el comienzo de las hostilidades en 1914-, frente a un manifiesto nacionalista de tono bélico firmado por noventa y tres científicos de la Universidad de Berlín en la que era profesor, Georg Friedrich Nicolai había redactado un contramanifiesto bajo el título Llamamiento a los europeos, donde afirmaba que para las personas educadas de todos los países era “no solamente sabio, sino imperativo ejercer su influencia para llegar a un tratado de paz que no contenga el germen de una nueva guerra, cualquiera que sea el resultado del presente conflicto ” Sólo obtuvo tres adhesiones: la del astrónomo Wilhelm Julias Fórster; la del filósofo Otto Bueky la delfísiCo Albert Einstein. Nicolai, que había nacido en Berlín en 1874, fue un prolífico hombre de ciencia al que nada parecía serle ajeno: estudió histiología, cardiología, fisiología, matemáticas, física, historia natural, filosofía de las ciencias, sociología, psicología y crítica de arte. Durante la Gran Guerra, execrado por sus colegas por su oposición al pangermanismo imperante y su prédica pacifista, se recluyó y escribió La biología de la guerra -tal vez su escrito más célebre-, publicado en Zurich. Al término de la contienda, Nicolai abandonó Alemania y se radicó en la ciudad de Córdoba, en cuya Universidad ocupó la cátedra de Fisiología. Durante la visita de Einstein a nuestra ciudad en abril de 1925, Nicolai se reencontró con su viejo amigo y escribió en la Revista de filosofía un articulo sobre la teoría de la relatividad. En su estadía argentina, ademas de su vinculo con el círculo reformista cordobés trabó amistad con Elias Castelnuovo, referente del grupo de Boedo y fundador de la revista Extrema izquierda El irónico Homenaje de despedida a la tradición de Córdoba docta y santa -que cuenta tal vez como antecedente único las memorables páginas del Facundo sarmientino correspondientes al capitulo sobre Córdoba- da en el centro empedernido de una ciudad en la que no existe el peligro del modernismo”. Como acápite, lleva el conocido poema de Emilio Bizarro, hombre de vida intensa y muerte prematura, quien luego de graduarse en nuestra universidad se desempeñó como médico rural y fue autor de una variada obra ensayística y científica. Bizarro fue el primer tudioso argentino que, en el temprano año de 1936, llamó la atención sobre la obra de Jacques Lacan.