Joyce Mansour
Islas flotentes
Periférica Editorial

Páginas: 120
Formato: 13,5 x 21 cm.
Peso: 0.18 kgs.
ISBN: 9788492865611

No es ésta una novela «fácil»: algunos lectores podrían sentirse agredidos por tanto sexo y tan explícito; y otros, por la manera tan cruda de mostrar enfermedades y hospitales. Pero Islas flotantes satisfará a muchos otros lectores por esas mismas cuestiones: por cómo muestra el sexo y por cómo muestra la enfermedad. Sin tapujos, sin eufemismos. Y con una prosa tan apabullante como extraordinaria. ¿Qué hace la narradora visitando a su padre en un hospital de Ginebra? ¿Por qué ella misma es ingresada a continuación en ese mismo hospital? Este libro está lleno de preguntas, de sueños, pesadillas y fantasías. Lo grotesco se mezcla con lo poético en cada fragmento, en cada secuencia: una sucesión de «islas narrativas» (según las llamara la propia autora, que eligió como título el de un famoso postre) llenas tanto de humor negro como de un erotismo crudo. El placer y el dolor como cara y cruz de la moneda de la vida. Cada época ha tenido su enfermedad, y cada enfermedad, sus escritores. Boccacio y la peste, Bau­de­­laire y el mal francés; la tuberculosis y Thomas Mann, el sida y Hervé Guibert. Islas flotantes es una novela sobre el cáncer, descrito en su más desnuda presencia, con sus tubos, sus hospitales y enfermeras, su olor a lejía y orines, su muerte sucia. Joyce Mansour, una de las voces más potentes que ha dado la literatura francesa en la segunda mitad del siglo xx, nace en 1928 en Bowden, Inglaterra, y muere en París en 1986. Egipcia con pasaporte británico, crece en El Cairo en el seno de una familia acomodada de judíos sefarditas que se dedica al comercio textil. Su feliz primer matrimonio dura apenas un año, como consecuencia de un cáncer devastador. Viuda, al poco se casa con Sami Mansour, de quien toma el apellido con el que firmará sus libros. En 1953 la familia Mansour se traslada a París, donde la escritora frecuenta enseguida la vida literaria y se vincula al grupo surrea­lista de André Breton. Su obra, que refleja una profunda angustia existencial, así como una obsesión febril en torno a la enfermedad y la vejez, contrasta con una vida social agradable y glamourosa: tan atractiva como inteligente, Mansour rápidamente despierta una enorme fascinación en los ambientes literarios y artísticos. Salvo algunos poemas en inglés, toda su producción literaria, fundamentalmente poesía, pero también teatro y algunas novelas, la escribirá en francés. En 1958 publica una de sus novelas más famosas, Les gisants satis­faits; en 1973 la editorial Gallimard reúne bajo el título Histoires nocives las novelas cortas Jules César (que había sido publicada con anterioridad) e Îles flottantes, que ahora ofrecemos en español; en 1991 Actes Sud compila toda su prosa y poesía.

Islas flotentes

$18.500,00
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Islas flotentes
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Páginas: 120
Formato: 13,5 x 21 cm.
Peso: 0.18 kgs.
ISBN: 9788492865611

No es ésta una novela «fácil»: algunos lectores podrían sentirse agredidos por tanto sexo y tan explícito; y otros, por la manera tan cruda de mostrar enfermedades y hospitales. Pero Islas flotantes satisfará a muchos otros lectores por esas mismas cuestiones: por cómo muestra el sexo y por cómo muestra la enfermedad. Sin tapujos, sin eufemismos. Y con una prosa tan apabullante como extraordinaria. ¿Qué hace la narradora visitando a su padre en un hospital de Ginebra? ¿Por qué ella misma es ingresada a continuación en ese mismo hospital? Este libro está lleno de preguntas, de sueños, pesadillas y fantasías. Lo grotesco se mezcla con lo poético en cada fragmento, en cada secuencia: una sucesión de «islas narrativas» (según las llamara la propia autora, que eligió como título el de un famoso postre) llenas tanto de humor negro como de un erotismo crudo. El placer y el dolor como cara y cruz de la moneda de la vida. Cada época ha tenido su enfermedad, y cada enfermedad, sus escritores. Boccacio y la peste, Bau­de­­laire y el mal francés; la tuberculosis y Thomas Mann, el sida y Hervé Guibert. Islas flotantes es una novela sobre el cáncer, descrito en su más desnuda presencia, con sus tubos, sus hospitales y enfermeras, su olor a lejía y orines, su muerte sucia. Joyce Mansour, una de las voces más potentes que ha dado la literatura francesa en la segunda mitad del siglo xx, nace en 1928 en Bowden, Inglaterra, y muere en París en 1986. Egipcia con pasaporte británico, crece en El Cairo en el seno de una familia acomodada de judíos sefarditas que se dedica al comercio textil. Su feliz primer matrimonio dura apenas un año, como consecuencia de un cáncer devastador. Viuda, al poco se casa con Sami Mansour, de quien toma el apellido con el que firmará sus libros. En 1953 la familia Mansour se traslada a París, donde la escritora frecuenta enseguida la vida literaria y se vincula al grupo surrea­lista de André Breton. Su obra, que refleja una profunda angustia existencial, así como una obsesión febril en torno a la enfermedad y la vejez, contrasta con una vida social agradable y glamourosa: tan atractiva como inteligente, Mansour rápidamente despierta una enorme fascinación en los ambientes literarios y artísticos. Salvo algunos poemas en inglés, toda su producción literaria, fundamentalmente poesía, pero también teatro y algunas novelas, la escribirá en francés. En 1958 publica una de sus novelas más famosas, Les gisants satis­faits; en 1973 la editorial Gallimard reúne bajo el título Histoires nocives las novelas cortas Jules César (que había sido publicada con anterioridad) e Îles flottantes, que ahora ofrecemos en español; en 1991 Actes Sud compila toda su prosa y poesía.