Gastón Ribba
La economía de la soledad
Recovecos

Páginas:
Formato:
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789874433244

Dice Ribba que "Se miente / más o menos lo mismo / al espejo que a un otro"y no tengo por qué dudar de su malevaje gauchesco: el muchacho -ya un señor- ha recorrido muchas pistas y se ha peleado a facón limpio con demasiada vida, en especial la suya. Todos mentimos -vaya-, pero el asunto es hacerlo con estilo y determinación. El mal mentiroso tal vez acabe dirigiendo algo; los buenos se regodean en el placer labial: escriben, cantan, tabulan. Se vuelven amantes. Yo debo decir que celebro este primer libro impreso de Gastón. Y digo impreso porque lleva escritos otros. Ribba, a quien conozco sin necesidad de la cercanía que todo arruina, tiene una cabeza bien amueblada de libros jamás publicados, un modo elegante de decir que el tipo no sólo piensa sino que organiza esas ideas de manera cautivante. El hombre, Ribba, eligió dedicarse a las palabras como un juego. Mucha gente -demasiada- pierde el tiempo en Facebook, pero Gastón lo pierde en sentido literario: sus posts son una colección bibliotecaria de la existencia y una colección viva de la biblioteca que acomoda en la cabeza. Uno puede identificarse desde varios lados con su tortura.-Yo la elijo por la correspondencia de origen: nieto de piamonteses, crecido en el interior del interior, en esos pueblos donde cruzan dos rutas y crecen historias inverosímiles, donde el campo se mezcla con el pueblo en una argamasa viva, tan violentamente tierna como brutal. Si uno crece donde nosotros crecimos -donde el campo es vasto y las ideas se enroscan- entenderá que esa soledad puede ser dañina pero también creativa. Me gusta haberme encontrado con Gastón en el bar de las redes sociales. Y me gusta saber que el departamento amueblado que tiene en la cabeza es ahora una economía de la soledad compartida. Y es bueno saber que andamos solos pero a veces nos damos con buena compañía. Diego Fonseca

La economía de la soledad

$15.100,00
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Dice Ribba que "Se miente / más o menos lo mismo / al espejo que a un otro"y no tengo por qué dudar de su malevaje gauchesco: el muchacho -ya un señor- ha recorrido muchas pistas y se ha peleado a facón limpio con demasiada vida, en especial la suya. Todos mentimos -vaya-, pero el asunto es hacerlo con estilo y determinación. El mal mentiroso tal vez acabe dirigiendo algo; los buenos se regodean en el placer labial: escriben, cantan, tabulan. Se vuelven amantes. Yo debo decir que celebro este primer libro impreso de Gastón. Y digo impreso porque lleva escritos otros. Ribba, a quien conozco sin necesidad de la cercanía que todo arruina, tiene una cabeza bien amueblada de libros jamás publicados, un modo elegante de decir que el tipo no sólo piensa sino que organiza esas ideas de manera cautivante. El hombre, Ribba, eligió dedicarse a las palabras como un juego. Mucha gente -demasiada- pierde el tiempo en Facebook, pero Gastón lo pierde en sentido literario: sus posts son una colección bibliotecaria de la existencia y una colección viva de la biblioteca que acomoda en la cabeza. Uno puede identificarse desde varios lados con su tortura.-Yo la elijo por la correspondencia de origen: nieto de piamonteses, crecido en el interior del interior, en esos pueblos donde cruzan dos rutas y crecen historias inverosímiles, donde el campo se mezcla con el pueblo en una argamasa viva, tan violentamente tierna como brutal. Si uno crece donde nosotros crecimos -donde el campo es vasto y las ideas se enroscan- entenderá que esa soledad puede ser dañina pero también creativa. Me gusta haberme encontrado con Gastón en el bar de las redes sociales. Y me gusta saber que el departamento amueblado que tiene en la cabeza es ahora una economía de la soledad compartida. Y es bueno saber que andamos solos pero a veces nos damos con buena compañía. Diego Fonseca