MICHEL DEGUY
LA ENERGIA DE LA DESESPERACION
ARENA

Páginas:
Formato:
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9788495897879

La pregunta es siempre dónde estamos. A la cual respondía, antaño, hogaño y siempre, la utopía. La utopía es dirigirse a otra parte, allí donde estar verdaderamente. Allí donde no estoy, no estaré, ni nadie conmigo. Pero tenemos que inventar algo así como una posibilidad para reunirnos «pese a todo, ahora». ¿Dónde? Si seguimos el espíritu de la utopía, pero sin credulidad, debemos responder: debemos ir adonde nunca hemos estado. Pero ¿adónde no hemos ido nunca? [...] El lugar inteligible adonde no hemos ido juntos —y no hay utopías parciales, utopías de otros: el problema es el de nuestra solidaridad mundial, el de un «nosotros» que interesa a la humanidad, en tanto en cuanto somos nosotros «hermanos humanos que vivimos junto a vosotros», «semejantes hermanos»—, ese lugar está en una esencia solamente humana. Debemos ir adonde nunca hemos estado: sin vuelta atrás. Lo menos que se puede decir es que allí no hemos ido apenas. Allí donde debemos ir porque nunca hemos ido, no hemos ido. ¿Cómo iríamos allí? Hablar de poética, y continuada por todos los medios, es preguntarse si podemos «ir allí»; y cuáles son los medios de la poesía para semejante aventura. Si no cuenta más que con ella misma, ¿cuáles son sus propias fuerzas?

LA ENERGIA DE LA DESESPERACION

$35.520,00
LA ENERGIA DE LA DESESPERACION $35.520,00
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

MICHEL DEGUY
LA ENERGIA DE LA DESESPERACION
ARENA

Páginas:
Formato:
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9788495897879

La pregunta es siempre dónde estamos. A la cual respondía, antaño, hogaño y siempre, la utopía. La utopía es dirigirse a otra parte, allí donde estar verdaderamente. Allí donde no estoy, no estaré, ni nadie conmigo. Pero tenemos que inventar algo así como una posibilidad para reunirnos «pese a todo, ahora». ¿Dónde? Si seguimos el espíritu de la utopía, pero sin credulidad, debemos responder: debemos ir adonde nunca hemos estado. Pero ¿adónde no hemos ido nunca? [...] El lugar inteligible adonde no hemos ido juntos —y no hay utopías parciales, utopías de otros: el problema es el de nuestra solidaridad mundial, el de un «nosotros» que interesa a la humanidad, en tanto en cuanto somos nosotros «hermanos humanos que vivimos junto a vosotros», «semejantes hermanos»—, ese lugar está en una esencia solamente humana. Debemos ir adonde nunca hemos estado: sin vuelta atrás. Lo menos que se puede decir es que allí no hemos ido apenas. Allí donde debemos ir porque nunca hemos ido, no hemos ido. ¿Cómo iríamos allí? Hablar de poética, y continuada por todos los medios, es preguntarse si podemos «ir allí»; y cuáles son los medios de la poesía para semejante aventura. Si no cuenta más que con ella misma, ¿cuáles son sus propias fuerzas?