Joy Williams
La rastra
Seix - Barral

Páginas: 320
Formato:
Peso: 0.362 kgs.
ISBN: 9786316691163

En un futuro cercano devastado por el colapso climático, la naturaleza ha sido relegada a ruina y reliquia: los árboles se talan «para que dejen de entristecer el paisaje» y la palabra verde es casi obscena. En ese contexto crece Khristen, una adolescente a la que su madre asegura haber visto morir y volver a la vida cuando era bebéa partir de entonces se convence de que su hija está destinada a algo extraordinario. Buscando pruebas de esa misión, la madre interna a Khristen en un colegio experimental para jóvenes prodigio. Cuando la institución quiebra, la chica emprende la travesía por una Norteamérica arrasada para reencontrarla. El camino la conduce a La Resta, un antiguo resort a orillas de un lago tóxico convertido en hospicio para ancianos ecologistas que se autodenominan delincuentes climáticos y planean actos de sabotaje moral contra quienes aceleraron la catástrofe. Allí Khristen se convierte en testigoy a ratos cómplicede discusiones dementes sobre justicia, fe y extinción: doctores que recetan metáforas, ancianas que redactan manifiestos suicidas, niños con máscaras de gas que cronican la caída del mundo. Todo bajo una pregunta persistente: ¿sirve de algo la esperanza cuando ya es demasiado tarde para tener miedo? La narración alterna humor negro, visiones apocalípticas y fábulas mínimas (un ciervo fluorescente, un bolo criogénico para embriones de sapo) mientras la geografía se vuelve alegórica: carreteras sin asfalto, boliches con tartas que homenajean a Goya y un lago que metaboliza venenos como si buscara vengarse. En el clímax, la resistencia geriátrica inicia su última ofensiva: un juicio performático al Homo sapiens en el que Khristen deberá decidir si la compasión todavía tiene un lugar entre las ruinas. Claves para entender su importancia: · Distopía ecológica fuera del molde Williams evita la épica de supervivencia y opta por el absurdo lírico: muestra un planeta post-apocalipsis donde la devastación es tan total que ya no genera pánico, sino una especie de apatía metafísica. · Humor negro y misticismo La autora combina diálogos desopilantes con pasajes casi bíblicos; el resultado recuerda a La carretera de McCarthy filtrada por la ironía de Vonnegut. · Protagonista sin arco de salvadora Khristen no viene a arreglar el mundo, sino a atestiguarlo; su extraña pasividad subraya la idea de que quizá hemos pasado el punto de no retorno. · Crítica a la cultura de la negación Los ancianos eco-terroristas encarnan la culpa tardía de las generaciones que modelaron el Antropoceno; el balneario-hospicio simboliza la transición del lujo al expiatorio. · Joy Williams en estado puro Tras veinte años sin novela, la autora de The Quick and the Dead vuelve con su prosa afilada: frases breves, imágenes perturbadoras y un tono que oscila entre el oráculo y el stand-up literario. · Traducción de Javier Calvo Respeta la sintaxis abrupta y la poesía seca del original, conservando los juegos de palabras sobre agricultura, geología y mito bíblico. · Lectura clave para el debate climático Más que alarmar, La rastra interroga nuestra capacidad de imaginar futuro; perfecta para clubes de lectura que quieran discutir crisis ecológica, fe y responsabilidad generacional. Con su belleza despiadada y su sentido del absurdo, La rastra confirma a Joy Williams como una de las voces imprescindibles cuando la literatura necesita mirar el fin del mundo sin pestañear.

La rastra

$32.900,00
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Joy Williams
La rastra
Seix - Barral

Páginas: 320
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Peso: 0.362 kgs.
ISBN: 9786316691163

En un futuro cercano devastado por el colapso climático, la naturaleza ha sido relegada a ruina y reliquia: los árboles se talan «para que dejen de entristecer el paisaje» y la palabra verde es casi obscena. En ese contexto crece Khristen, una adolescente a la que su madre asegura haber visto morir y volver a la vida cuando era bebéa partir de entonces se convence de que su hija está destinada a algo extraordinario. Buscando pruebas de esa misión, la madre interna a Khristen en un colegio experimental para jóvenes prodigio. Cuando la institución quiebra, la chica emprende la travesía por una Norteamérica arrasada para reencontrarla. El camino la conduce a La Resta, un antiguo resort a orillas de un lago tóxico convertido en hospicio para ancianos ecologistas que se autodenominan delincuentes climáticos y planean actos de sabotaje moral contra quienes aceleraron la catástrofe. Allí Khristen se convierte en testigoy a ratos cómplicede discusiones dementes sobre justicia, fe y extinción: doctores que recetan metáforas, ancianas que redactan manifiestos suicidas, niños con máscaras de gas que cronican la caída del mundo. Todo bajo una pregunta persistente: ¿sirve de algo la esperanza cuando ya es demasiado tarde para tener miedo? La narración alterna humor negro, visiones apocalípticas y fábulas mínimas (un ciervo fluorescente, un bolo criogénico para embriones de sapo) mientras la geografía se vuelve alegórica: carreteras sin asfalto, boliches con tartas que homenajean a Goya y un lago que metaboliza venenos como si buscara vengarse. En el clímax, la resistencia geriátrica inicia su última ofensiva: un juicio performático al Homo sapiens en el que Khristen deberá decidir si la compasión todavía tiene un lugar entre las ruinas. Claves para entender su importancia: · Distopía ecológica fuera del molde Williams evita la épica de supervivencia y opta por el absurdo lírico: muestra un planeta post-apocalipsis donde la devastación es tan total que ya no genera pánico, sino una especie de apatía metafísica. · Humor negro y misticismo La autora combina diálogos desopilantes con pasajes casi bíblicos; el resultado recuerda a La carretera de McCarthy filtrada por la ironía de Vonnegut. · Protagonista sin arco de salvadora Khristen no viene a arreglar el mundo, sino a atestiguarlo; su extraña pasividad subraya la idea de que quizá hemos pasado el punto de no retorno. · Crítica a la cultura de la negación Los ancianos eco-terroristas encarnan la culpa tardía de las generaciones que modelaron el Antropoceno; el balneario-hospicio simboliza la transición del lujo al expiatorio. · Joy Williams en estado puro Tras veinte años sin novela, la autora de The Quick and the Dead vuelve con su prosa afilada: frases breves, imágenes perturbadoras y un tono que oscila entre el oráculo y el stand-up literario. · Traducción de Javier Calvo Respeta la sintaxis abrupta y la poesía seca del original, conservando los juegos de palabras sobre agricultura, geología y mito bíblico. · Lectura clave para el debate climático Más que alarmar, La rastra interroga nuestra capacidad de imaginar futuro; perfecta para clubes de lectura que quieran discutir crisis ecológica, fe y responsabilidad generacional. Con su belleza despiadada y su sentido del absurdo, La rastra confirma a Joy Williams como una de las voces imprescindibles cuando la literatura necesita mirar el fin del mundo sin pestañear.