Graciela Swiderski
Las huellas de Mnemosyne
Editorial Biblos

Páginas:
Formato:
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789876913225

Este libro se propone indagar las alternativas por las que atravesó el proceso de construcción del patrimonio documental en la Argentina desde sus inicios en 1821, cuando el tema se planteó por primera vez con la creación del principal archivo del país, hasta el bicentenario de la Revolución de Mayo en 2010. En este período tan prolongado, mucho tuvo que ver en el diseño y la implementación de las políticas archivísticas la capacidad que demostraron los dos grandes paradigmas asociados tradicionalmente a los archivos públicos para inclinar la balanza hacia uno u otro lado. Por una parte, se los considera reservorios de memoria y fuentes de la historia y, por la otra, instrumentos imprescindibles para asegurar la continuidad de la administración y la publicidad de los actos de gobierno. El hilo conductor de esta obra procura determinar de qué manera, a lo largo de casi doscientos años, el Estado incorporó los materiales que con el tiempo serían las fuentes sobre las que se asentó, y aún continúa haciéndolo, la historiografía nacional, lo que contribuirá a dejar más al descubierto algunas de las relaciones de poder y de conocimiento en la que actúan los historiadores. Esa lógica de inclusión-exclusión ¿fue parte de un desarrollo planificado y coherente, o su trayectoria fue errática, sinuosa y contradictoria? ¿Cómo se influyeron mutuamente la escritura de la historia y la selección de los documentos llamados a integrar el patrimonio nacional? Y cuando por fin muchos de ellos fueron inscriptos públicamente, ¿cuál fue la organización que recibieron, las condiciones en las que se los conservó y, sobre todo, cómo se garantizó su acceso universal, que constituye una exigencia insoslayable del sistema republicano? En definitiva, se trata de saber qué se hizo en esas dos centurias para evitar que las huellas de Mnemosyne desaparecieran para siempre.

Las huellas de Mnemosyne

$19.800,00
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Las huellas de Mnemosyne
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Este libro se propone indagar las alternativas por las que atravesó el proceso de construcción del patrimonio documental en la Argentina desde sus inicios en 1821, cuando el tema se planteó por primera vez con la creación del principal archivo del país, hasta el bicentenario de la Revolución de Mayo en 2010. En este período tan prolongado, mucho tuvo que ver en el diseño y la implementación de las políticas archivísticas la capacidad que demostraron los dos grandes paradigmas asociados tradicionalmente a los archivos públicos para inclinar la balanza hacia uno u otro lado. Por una parte, se los considera reservorios de memoria y fuentes de la historia y, por la otra, instrumentos imprescindibles para asegurar la continuidad de la administración y la publicidad de los actos de gobierno. El hilo conductor de esta obra procura determinar de qué manera, a lo largo de casi doscientos años, el Estado incorporó los materiales que con el tiempo serían las fuentes sobre las que se asentó, y aún continúa haciéndolo, la historiografía nacional, lo que contribuirá a dejar más al descubierto algunas de las relaciones de poder y de conocimiento en la que actúan los historiadores. Esa lógica de inclusión-exclusión ¿fue parte de un desarrollo planificado y coherente, o su trayectoria fue errática, sinuosa y contradictoria? ¿Cómo se influyeron mutuamente la escritura de la historia y la selección de los documentos llamados a integrar el patrimonio nacional? Y cuando por fin muchos de ellos fueron inscriptos públicamente, ¿cuál fue la organización que recibieron, las condiciones en las que se los conservó y, sobre todo, cómo se garantizó su acceso universal, que constituye una exigencia insoslayable del sistema republicano? En definitiva, se trata de saber qué se hizo en esas dos centurias para evitar que las huellas de Mnemosyne desaparecieran para siempre.