María Paz García Rubio, Trinidad Guzmán González, Mary Somerville
Los algoritmos sí tienen madre
Eolas ediciones

Páginas: 338
Formato:
Peso: 0.671 kgs.
ISBN: 9788412667172

Los algoritmos sí tienen madre. Las memorias de Mary Somerville (1780-1872) Traducción, introducción y notas de Trinidad Guzmán González Prólogo de María Paz García Rubio Esta traducción da voz en español a Mary Somerville, protagonista indiscutible del desarrollo de la ciencia en el siglo XIX; por sus memorias transitan los hallazgos científicos, las figuras y los hechos más notables de su tiempo, entremezclados con agudas descripciones de paisajes, personas y costumbres. Matemática, astrónoma, geógrafa, mentora, viajera impenitente, ella y sus obras alcanzaron reconocimiento y honores internacionales, tras un difícil camino en un tiempo y un país en los que incluso entre las clases acomodadas, una buena educación era el privilegio de los varones. «Me irritaba que mi afición a la lectura pareciera tan mal, y encontraba injusto que a las mujeres se nos hubiera dotado con el deseo de aprender, si estaba tan mal que aprendiéramos». Mary Somerville

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$52.000,00
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Los algoritmos sí tienen madre. Las memorias de Mary Somerville (1780-1872) Traducción, introducción y notas de Trinidad Guzmán González Prólogo de María Paz García Rubio Esta traducción da voz en español a Mary Somerville, protagonista indiscutible del desarrollo de la ciencia en el siglo XIX; por sus memorias transitan los hallazgos científicos, las figuras y los hechos más notables de su tiempo, entremezclados con agudas descripciones de paisajes, personas y costumbres. Matemática, astrónoma, geógrafa, mentora, viajera impenitente, ella y sus obras alcanzaron reconocimiento y honores internacionales, tras un difícil camino en un tiempo y un país en los que incluso entre las clases acomodadas, una buena educación era el privilegio de los varones. «Me irritaba que mi afición a la lectura pareciera tan mal, y encontraba injusto que a las mujeres se nos hubiera dotado con el deseo de aprender, si estaba tan mal que aprendiéramos». Mary Somerville