Eduardo Moga, Juan López-Carrillo
Los muertos no van al cine + cd
Candaya

Páginas:
Formato:
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9788493492328

Decía Borges que hay pocos escritores felices, y citaba a Mark Twain. Yo me permito añadir a Chesterton, a Saki y al propio Borges a esa magra lista; y quizá también a Juan López-Carrillo, cuya poesía suscita la inmediata simpatía del lector. Su recurso al humor es constante, y un feraz motivo de felicidad. Todos sus versos, aun los más amargos, aparecen impregnados de una comicidad honda, que a veces palpita en carcajada y otras se estiliza en ironía. Pero no debemos equivocarnos: el humor es otra forma de la tristeza, lo cual se revela especialmente cierto en el caso de Juan López-Carrillo. Un torrente de desesperanza atraviesa su poesía, a veces de forma explícita y otras embozada tras las veladuras del sarcasmo o la elegía. Pocas abstracciones hay en estos poemas: casi todo ancla en lo cotidiano, es más, en lo inmediato; la vida de todos los días es la protagonista del libro. Pero a los objetos vulgares, a los gestos domésticos –comer, ir al trabajo, atender llamadas telefónicas, dormir, soñar–, los recorre un doloroso calambre existencial. El amor y el terror, la sonrisa y la desesperación, la posesión y el vacío, se entrelazan en Los muertos no van al cine como las hebras de un solo tapiz: el tapiz de la vida, en el que viene a inscribirse el garabato desolado de nuestro nombre. Este libro dibuja el de su autor: Juan. Pero su nombre es el de todos. (Eduardo Moga, prólogo a Los muertos no van al cine) Juan López-Carrillo nació en el pueblo marinero de L’Ampolla (Tarragona) el 2 de julio de 1960. Reside en Reus desde el año 1964. Tarragona y Cambrils son sus otras ciudades. Ha trabajado en la hostelería, en la construcción y en la petroquímica. Ahora lo hace como administrativo —eventual— en la administración pública. Ha publicado los libros de poemas Los años vencidos (1997), Poemax (1999) y 69/modelo para amar (2001), éste último fundamentalmente de poesía visual. Sus poemas se han recogido también en antologías y libros colectivos: Pasión primera(1984), Homenaje a Vicente Aleixandre (1986), Onze poetes a la Vaqueria (2000),Tempestades de amor contra los cielos. Homenaje a José Agustín Goytisolo (2000), Los versos satíricos (2001), Palabras frente al mar (2003) y El origen del mundo (2004). Fue coeditor de la colección de poesía Rotoarco y tuvo a su cuidado la edición del libro misceláneo Cambrils. Retrat amb paraules (2005). Es coordinador de la revista La poesía, señor hidalgo.

Los muertos no van al cine + cd

$27.990,00
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Decía Borges que hay pocos escritores felices, y citaba a Mark Twain. Yo me permito añadir a Chesterton, a Saki y al propio Borges a esa magra lista; y quizá también a Juan López-Carrillo, cuya poesía suscita la inmediata simpatía del lector. Su recurso al humor es constante, y un feraz motivo de felicidad. Todos sus versos, aun los más amargos, aparecen impregnados de una comicidad honda, que a veces palpita en carcajada y otras se estiliza en ironía. Pero no debemos equivocarnos: el humor es otra forma de la tristeza, lo cual se revela especialmente cierto en el caso de Juan López-Carrillo. Un torrente de desesperanza atraviesa su poesía, a veces de forma explícita y otras embozada tras las veladuras del sarcasmo o la elegía. Pocas abstracciones hay en estos poemas: casi todo ancla en lo cotidiano, es más, en lo inmediato; la vida de todos los días es la protagonista del libro. Pero a los objetos vulgares, a los gestos domésticos –comer, ir al trabajo, atender llamadas telefónicas, dormir, soñar–, los recorre un doloroso calambre existencial. El amor y el terror, la sonrisa y la desesperación, la posesión y el vacío, se entrelazan en Los muertos no van al cine como las hebras de un solo tapiz: el tapiz de la vida, en el que viene a inscribirse el garabato desolado de nuestro nombre. Este libro dibuja el de su autor: Juan. Pero su nombre es el de todos. (Eduardo Moga, prólogo a Los muertos no van al cine) Juan López-Carrillo nació en el pueblo marinero de L’Ampolla (Tarragona) el 2 de julio de 1960. Reside en Reus desde el año 1964. Tarragona y Cambrils son sus otras ciudades. Ha trabajado en la hostelería, en la construcción y en la petroquímica. Ahora lo hace como administrativo —eventual— en la administración pública. Ha publicado los libros de poemas Los años vencidos (1997), Poemax (1999) y 69/modelo para amar (2001), éste último fundamentalmente de poesía visual. Sus poemas se han recogido también en antologías y libros colectivos: Pasión primera(1984), Homenaje a Vicente Aleixandre (1986), Onze poetes a la Vaqueria (2000),Tempestades de amor contra los cielos. Homenaje a José Agustín Goytisolo (2000), Los versos satíricos (2001), Palabras frente al mar (2003) y El origen del mundo (2004). Fue coeditor de la colección de poesía Rotoarco y tuvo a su cuidado la edición del libro misceláneo Cambrils. Retrat amb paraules (2005). Es coordinador de la revista La poesía, señor hidalgo.