Flavio Lo Presti
Los veranos
17g ( 17grises Editora )

Páginas:
Formato:
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789871724338

«Los relatos de Lo Presti dan cuenta de un temperamento. Desde ahi trabajan Ia materia viva de lo cotidiano, que oscila siempre entre lo patético y lo grotesco. El narrador que se abre paso a través de ellos va elaborando una imagen de si soca- rrona e infame. El padre, la infancia, la amistad, el amor y la muerte son en efecto contados por esa voz sardónica y ruin que no hace concesiones ni siquiera con su primera persona. Pero el temperamento no es la edad de la escritura; es el pulso de la sensibilidad. Por eso no es raro reencontrar aquí­ el sesgo de la mirada que caracteriza las crónicas y columnas periodí­sticas Lo Presti: la que, en un pasaje sutil delo inocen- te a lo irónico, de lo simple a lo complejo, de lo inofensivo a lo dañino, busca siempre morder una verdad. Hay algo en la infancia y la adolescencia que opera dando ese paso (a veces cínico y a veces siniestro) para sobrevivir a la pesadilla diurna de la novela familiar y la frustración amo- rosa. Ese "algo" es lo que hace a Los veranos un libro muy humano, demasrado humano, monstruosamente humano.» Maximiliano Crespi

Los veranos

$18.800,00
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«Los relatos de Lo Presti dan cuenta de un temperamento. Desde ahi trabajan Ia materia viva de lo cotidiano, que oscila siempre entre lo patético y lo grotesco. El narrador que se abre paso a través de ellos va elaborando una imagen de si soca- rrona e infame. El padre, la infancia, la amistad, el amor y la muerte son en efecto contados por esa voz sardónica y ruin que no hace concesiones ni siquiera con su primera persona. Pero el temperamento no es la edad de la escritura; es el pulso de la sensibilidad. Por eso no es raro reencontrar aquí­ el sesgo de la mirada que caracteriza las crónicas y columnas periodí­sticas Lo Presti: la que, en un pasaje sutil delo inocen- te a lo irónico, de lo simple a lo complejo, de lo inofensivo a lo dañino, busca siempre morder una verdad. Hay algo en la infancia y la adolescencia que opera dando ese paso (a veces cínico y a veces siniestro) para sobrevivir a la pesadilla diurna de la novela familiar y la frustración amo- rosa. Ese "algo" es lo que hace a Los veranos un libro muy humano, demasrado humano, monstruosamente humano.» Maximiliano Crespi