Michel Henry, Nicolás Gómez
Marx vol. II: Una filosofía de la economía
Ediciones La Cebra

Páginas:
Formato:
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789873621437

Entender el pensamiento de Marx supone dejar de lado el marxismo. Éste se constituyó como doctrina acabada y oficial en ausencia de todo conocimiento de los escritos filosóficos fundamentales de Marx, en particular La ideología alemana, publicado en 1932. Asimismo, apoyado en textos que no contienen su principio de inteligibilidad en sí mismos, el marxismo se ha pretendido en armonía con el objetivismo moderno. A través de una lectura enteramente nueva de la obra íntegra de Marx, Michel Henry devela la intuición fundacional de aquél: la subjetividad corporal del individuo viviente, que definía su existencia y a la vez su condición de trabajador. En Marx, una fenomenología de la vida concreta constituye, idénticamente, la puesta al desnudo de todo el sistema económico y el principio único de su explicación: la filosofía de la realidad contiene en sí misma la filosofía de la economía. El valor es producido exclusivamente por el trabajo vivo. De este modo, el destino del capital es el de la praxis subjetiva del individuo. Desde el momento en que aquél se separa de ésta -y el progreso tecnológico inaugura la era de esa separación- la valorización y el capitalismo ya no son posibles.

Marx vol. II: Una filosofía de la economía

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Entender el pensamiento de Marx supone dejar de lado el marxismo. Éste se constituyó como doctrina acabada y oficial en ausencia de todo conocimiento de los escritos filosóficos fundamentales de Marx, en particular La ideología alemana, publicado en 1932. Asimismo, apoyado en textos que no contienen su principio de inteligibilidad en sí mismos, el marxismo se ha pretendido en armonía con el objetivismo moderno. A través de una lectura enteramente nueva de la obra íntegra de Marx, Michel Henry devela la intuición fundacional de aquél: la subjetividad corporal del individuo viviente, que definía su existencia y a la vez su condición de trabajador. En Marx, una fenomenología de la vida concreta constituye, idénticamente, la puesta al desnudo de todo el sistema económico y el principio único de su explicación: la filosofía de la realidad contiene en sí misma la filosofía de la economía. El valor es producido exclusivamente por el trabajo vivo. De este modo, el destino del capital es el de la praxis subjetiva del individuo. Desde el momento en que aquél se separa de ésta -y el progreso tecnológico inaugura la era de esa separación- la valorización y el capitalismo ya no son posibles.