Luis Benítez
Nadie sabe dónde estuvimos
Palabrava editorial

Páginas: 1435
Formato:
Peso: 0.152 kgs.
ISBN: 9789874156280

Poesía. Colección Rosa de los Vientos. año 2021. Ed. Palabrava, 160 páginas. Fotografía de tapa: Sebastián Pachoud. ¿De qué nos habla Nadie sabe dónde estuvimos? Hay una entrada y una salida en cada poema que nos va llevando de la mano hacia un corazón turbio que observa con pena. Quizá, la decepción y el malestar del poeta oculten un profundo dolor ante lo manifiesto del mundo, y también sobre lo que no está expuesto en forma precisa. Con humor ácido a veces, con agnosticismo en otras, expone las dudas sobre lo que existe en lo recóndito del alma humana. Su socarrona ironía nos transporta a un universo en donde las preguntas abundan y las respuestas son escasas. Lo cotidiano va cayendo hacia el absurdo y lo que parece ser una luz pronto se transforma en quimera. Luis Benítez, como todo buen poeta, pudo vislumbrar lo que estaba por llegar, este momento bisagra, que parece caído de la mano de un dios que se escribe con minúsculas.

Nadie sabe dónde estuvimos

$7.000,00
Nadie sabe dónde estuvimos $7.000,00
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

Luis Benítez
Nadie sabe dónde estuvimos
Palabrava editorial

Páginas: 1435
Formato:
Peso: 0.152 kgs.
ISBN: 9789874156280

Poesía. Colección Rosa de los Vientos. año 2021. Ed. Palabrava, 160 páginas. Fotografía de tapa: Sebastián Pachoud. ¿De qué nos habla Nadie sabe dónde estuvimos? Hay una entrada y una salida en cada poema que nos va llevando de la mano hacia un corazón turbio que observa con pena. Quizá, la decepción y el malestar del poeta oculten un profundo dolor ante lo manifiesto del mundo, y también sobre lo que no está expuesto en forma precisa. Con humor ácido a veces, con agnosticismo en otras, expone las dudas sobre lo que existe en lo recóndito del alma humana. Su socarrona ironía nos transporta a un universo en donde las preguntas abundan y las respuestas son escasas. Lo cotidiano va cayendo hacia el absurdo y lo que parece ser una luz pronto se transforma en quimera. Luis Benítez, como todo buen poeta, pudo vislumbrar lo que estaba por llegar, este momento bisagra, que parece caído de la mano de un dios que se escribe con minúsculas.