Claudio Bertoni
Sentado en la cuneta una carta
Alquimia ediciones

Páginas:
Formato:
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789569131493

Leo Sentado en la cuneta y Una carta y se queda en mí su ritmo, su tristeza compartida e inefable a la vez, que me alivia y corroe, que es rencor y es amor, olvido e insistencia, que es enfermedad y vigor, reclamo y súplica, que es ausencia y es presencia de los amigos, de los conocidos, de las mujeres. Sobre todo eso: las mujeres. En especial de una mujer que nos destruye. De la destrucción que nos ejercemos nosotros mismos. Y si digo esto no es porque crea que ambos textos se construyen en base a dicotomías. Es, en realidad, justo lo contrario: las oposiciones no se concretan porque todo es igualmente importante. Tanto la ausencia como la presencia. lanto la identificación con quien padece como su opacidad que nos separa y, en esa separación, produce el hambre que genera lo inasible. Porque no es solo que todo sea igualmente importante. Es que todo se alimenta con todo, se afirma, se desarma, se hace indivisible en las palabras de Claudio Bertoni. Y tal vez decir las palabras suena demasiado concreto, definitivo para un texto que se juegíi en lo indecible. ¿Como se cuenta el deseo. ¿Cómo? ¿Cómo, cuando estar siempre deseando nos condena a lo indecible? Nos condena a estar en un eterno balbuceo, en un tartamudeo que es la fuerza de estos textos —que son la vida, también— y que nos nutren y nos roen y nos tragan. Camila Gutiérrez

Sentado en la cuneta una carta

$6.900,00
Sentado en la cuneta una carta $6.900,00
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

Claudio Bertoni
Sentado en la cuneta una carta
Alquimia ediciones

Páginas:
Formato:
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789569131493

Leo Sentado en la cuneta y Una carta y se queda en mí su ritmo, su tristeza compartida e inefable a la vez, que me alivia y corroe, que es rencor y es amor, olvido e insistencia, que es enfermedad y vigor, reclamo y súplica, que es ausencia y es presencia de los amigos, de los conocidos, de las mujeres. Sobre todo eso: las mujeres. En especial de una mujer que nos destruye. De la destrucción que nos ejercemos nosotros mismos. Y si digo esto no es porque crea que ambos textos se construyen en base a dicotomías. Es, en realidad, justo lo contrario: las oposiciones no se concretan porque todo es igualmente importante. Tanto la ausencia como la presencia. lanto la identificación con quien padece como su opacidad que nos separa y, en esa separación, produce el hambre que genera lo inasible. Porque no es solo que todo sea igualmente importante. Es que todo se alimenta con todo, se afirma, se desarma, se hace indivisible en las palabras de Claudio Bertoni. Y tal vez decir las palabras suena demasiado concreto, definitivo para un texto que se juegíi en lo indecible. ¿Como se cuenta el deseo. ¿Cómo? ¿Cómo, cuando estar siempre deseando nos condena a lo indecible? Nos condena a estar en un eterno balbuceo, en un tartamudeo que es la fuerza de estos textos —que son la vida, también— y que nos nutren y nos roen y nos tragan. Camila Gutiérrez