Rosana Delucchi
Si estoy sola paso los semáforos en rojo
Editorial Municipal Chivilcoy

Páginas: 124
Formato: 21x14cm.
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789874427199

De alguna manera en "Semáforos" resuenan las voces de todas las escritoras latinoamericanas. Lispector o Pizarnik, claro. Pero también las anteriores, Gabriela Mistral o Juana de Ibarborou. En sus voces ahora reunidas como en una ronda(la "ronda"¡que palabra de Mistral! y ¡qué tema!)se dicen cosas para darse una energía como la que se intercambia cuando las niñas se daban la mano para reconocerse parte de un mismo juego. "Semáforos", en este poemario quiere decir: no estamos solas. Podríamos decir, también, que "Si estoy sola paso los semáforos en rojo" es una lluvia de meteoritos con algún objetivo a destruir, ante la necesidad, sobre todo poética, de renacer. En cada poema hay un atibo de esta idea, una inmensa actitud, devocional, a todo o nada, por encontrar la salida a una maraña racional y la entrada al espacio, lugar utópico tomásmoriano, de la poesía. Gabriela Cabezón Cámara, Ariel Schettini y Daniel Casas Salicone

Si estoy sola paso los semáforos en rojo

$990,00
Si estoy sola paso los semáforos en rojo $990,00
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

Rosana Delucchi
Si estoy sola paso los semáforos en rojo
Editorial Municipal Chivilcoy

Páginas: 124
Formato: 21x14cm.
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789874427199

De alguna manera en "Semáforos" resuenan las voces de todas las escritoras latinoamericanas. Lispector o Pizarnik, claro. Pero también las anteriores, Gabriela Mistral o Juana de Ibarborou. En sus voces ahora reunidas como en una ronda(la "ronda"¡que palabra de Mistral! y ¡qué tema!)se dicen cosas para darse una energía como la que se intercambia cuando las niñas se daban la mano para reconocerse parte de un mismo juego. "Semáforos", en este poemario quiere decir: no estamos solas. Podríamos decir, también, que "Si estoy sola paso los semáforos en rojo" es una lluvia de meteoritos con algún objetivo a destruir, ante la necesidad, sobre todo poética, de renacer. En cada poema hay un atibo de esta idea, una inmensa actitud, devocional, a todo o nada, por encontrar la salida a una maraña racional y la entrada al espacio, lugar utópico tomásmoriano, de la poesía. Gabriela Cabezón Cámara, Ariel Schettini y Daniel Casas Salicone