Jorge Fondebrider
Standards
Trilce ediciones

Páginas:
Formato:
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9786078460243

Un standard es una canción comunal de los jazzistas. Todos lo conocen. Cualquiera puede interpretarlo pero se arriesga con ello a medirse con las versiones memorables de los grandes. Hay una osadía en su uso. Como la hay en frecuentar en poesía eso que nos pasa a todos. Todos hemos probado la nostalgia que detona un repentino cambio de luz, de clima, en un día como otro. Hemos adivinado en el silencio del padre un domingo o en la locuacidad ritual de la madre las marcas escondidas y asesinas del tiempo. Hemos llenado ciudades, calles, habitaciones de sombras y muescas físicas o fantasmales que hielan o descongelan la emoción. Sabemos de esos instantes extraños en los que lo más habitual y rutinario se rebela y se torna exótico, tribal, o extraterrestre. El inicio inopinado de un amor. Su cataclismo súbito e imprevisible. Jorge Fondebrider se arriesga a usar esos standards para ubicar sus poemas y poner en acción sus sagaces recursos descriptivos que todo lo pintan e insinúan con líneas tenues y silencios. Cada uno de ellos convoca nuestra atención hacia la página con franca coquetería mediante un título notable, una frase o un vocablo en inglés, que a la vez remite al abordaje jazzístico y a la situación detonante. Pero ya en el poema se descarta la franqueza. La página se puebla de versos cautos y elusivos. Trazos descriptivos que definen y enmarcan la emoción sin revelarla del todo, como sombras sutiles y enracimadas que sugieren un volumen oculto. Canciones de amor o de vida que todos sabemos pero que, presentadas así, temblorosas y renovadas, nos sorprenden y atrapan, GARLOS LÓPEZBELTRÁN

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$11.990,00
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Un standard es una canción comunal de los jazzistas. Todos lo conocen. Cualquiera puede interpretarlo pero se arriesga con ello a medirse con las versiones memorables de los grandes. Hay una osadía en su uso. Como la hay en frecuentar en poesía eso que nos pasa a todos. Todos hemos probado la nostalgia que detona un repentino cambio de luz, de clima, en un día como otro. Hemos adivinado en el silencio del padre un domingo o en la locuacidad ritual de la madre las marcas escondidas y asesinas del tiempo. Hemos llenado ciudades, calles, habitaciones de sombras y muescas físicas o fantasmales que hielan o descongelan la emoción. Sabemos de esos instantes extraños en los que lo más habitual y rutinario se rebela y se torna exótico, tribal, o extraterrestre. El inicio inopinado de un amor. Su cataclismo súbito e imprevisible. Jorge Fondebrider se arriesga a usar esos standards para ubicar sus poemas y poner en acción sus sagaces recursos descriptivos que todo lo pintan e insinúan con líneas tenues y silencios. Cada uno de ellos convoca nuestra atención hacia la página con franca coquetería mediante un título notable, una frase o un vocablo en inglés, que a la vez remite al abordaje jazzístico y a la situación detonante. Pero ya en el poema se descarta la franqueza. La página se puebla de versos cautos y elusivos. Trazos descriptivos que definen y enmarcan la emoción sin revelarla del todo, como sombras sutiles y enracimadas que sugieren un volumen oculto. Canciones de amor o de vida que todos sabemos pero que, presentadas así, temblorosas y renovadas, nos sorprenden y atrapan, GARLOS LÓPEZBELTRÁN