Verónica Zondek
Vagido
Alquimia ediciones

Páginas:
Formato:
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789569131202

El nacimiento y la muerte fluyen de manera casi aséptica respecto de quienes los padecen, las mujeres. Vagido contamina ese fluido al radicar lo femenino en el vacío, en el hueco, no solo de la vagina y del vientre, suaves; sino en el del hueso duro de la existencia fugaz, tan poroso como los primeros. Esta preocupación permanente de la poesía por la tirantez entre Eros yTánatos se presenta acá entre el adentro y el afuera de un cuerpo en el cual la muerte aparece de veras en el instante mismo en que cumple con traer otra vida que la reemplace. En el parto parte la larga agonía de la parturienta, cumplida en el rol de reproducir la especie y germinando, a su vez, la vida por la simbiosis con el hijo, captada en giros como “habiendo/ me” (xix) y “me nacer” (xxv). La labor se proyecta a la protección mamífera de la crianza en “mi maduro/ madurando bajo el sol” (v) y su vinculación con la naturaleza. Ésta impuso quizás la mayor violencia en el cuerpo femenino, la de cargar otro cuerpo, penetrada de ida al fecundarlo y de vuelta al dar a luz. Enrique Winter

Vagido

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El nacimiento y la muerte fluyen de manera casi aséptica respecto de quienes los padecen, las mujeres. Vagido contamina ese fluido al radicar lo femenino en el vacío, en el hueco, no solo de la vagina y del vientre, suaves; sino en el del hueso duro de la existencia fugaz, tan poroso como los primeros. Esta preocupación permanente de la poesía por la tirantez entre Eros yTánatos se presenta acá entre el adentro y el afuera de un cuerpo en el cual la muerte aparece de veras en el instante mismo en que cumple con traer otra vida que la reemplace. En el parto parte la larga agonía de la parturienta, cumplida en el rol de reproducir la especie y germinando, a su vez, la vida por la simbiosis con el hijo, captada en giros como “habiendo/ me” (xix) y “me nacer” (xxv). La labor se proyecta a la protección mamífera de la crianza en “mi maduro/ madurando bajo el sol” (v) y su vinculación con la naturaleza. Ésta impuso quizás la mayor violencia en el cuerpo femenino, la de cargar otro cuerpo, penetrada de ida al fecundarlo y de vuelta al dar a luz. Enrique Winter