Mario Mendoza
Vírgenes y toxicómanos
Planeta

Páginas: 352
Formato:
Peso: 0.32 kgs.
ISBN: 9789504992455

Antón Echeverry es un prestigioso abogado y defensor de derechos humanos que vive en el centro de Bogotá con su hijo Martín, un brillante estudiante de sociología que quedó parapléjico tras un accidente. El frágil equilibrio familiar se quiebra cuando la esposa de Antón muere en circunstancias confusas: la policía habla de suicidio, pero él sospecha de algo más turbio. Atrapado entre la culpa, el duelo y un insomnio feroz, Antón empieza a percibir la ciudad como un territorio alucinado donde la realidad se fisura a cada paso. Martín pasa las tardes fumando marihuana con su compañero Rodolfo, un hacker autodidacta que también vive con discapacidad física. Juntos se autodenominan la tristeza de Dios y sueñan con fundar una comunidad secreta en la que la ternura, el sexo y la alteración de los sentidos sean armas para sabotear la violencia estructural que los margina. Inspirados por lecturas de Artaud y la contracultura psicodélica, diseñan un manifiesto que mezcla ensayo, poesía y planes de acción directa. Su obsesión: hallar una puerta hacia lo desconocido que les permita reinventar el mundo y, de paso, sus propios cuerpos. Cuando Antón descubre el cuaderno donde su hijo describe esa utopía clandestina poblada de vírgenes masculinos que nunca han podido practicar su deseo y toxicómanos fatigados de anestesiar el sufrimiento comprende que la depresión de Martín es más honda de lo que pensaba. Movido por el pánico a perderlo, decide aferrarse a la única intuición que lo mantiene con vida: si queremos salvarnos, hay que atravesar la locura hasta el otro lado. Así se embarca en un viaje nocturno por hospitales psiquiátricos abandonados, sótanos de dealers y templos evangélicos donde se promete curar la discapacidad con fe. En paralelo, la narración intercala capítulos oníricos diarios de Antón escritos bajo haloperidol, visiones de ángeles con prótesis metálicas, videoclips que Martín sube al darknet hasta que los límites entre delirio y vigilia se diluyen. El clímax estalla en la Feria del Libro de Bogotá, donde padre e hijo irrumpen con su manifiesto y provocan un escándalo mediático que obligará a Antón a decidir si abraza la nueva realidad fluida de Martín o si regresa a la cordura oficial, aun sabiendo que quizá sea la mayor de las mentiras. Con su mezcla característica de hiperrealismo bogotano y pulsión fantástica, Mario Mendoza firma aquí la novela más extraña y visceral de su carrera: un retrato de la salud mental post-pandemia, la masculinidad herida y el deseo de crear comunidades radicales en un mundo que ya no admite futuros. Claves para entender su importancia: . La apuesta más arriesgada de Mendoza El autor confiesa que es el libro más raro y extraño que ha escrito: fusiona thriller urbano, crónica social y pasajes casi psicodélicos para descolocar al lector. · Discapacidad y virginidad masculina El título alude a los dos protagonistas adolescentes: vírgenes y consumidores de cannabis que exploran el deseo fuera del guion heteronormado. La novela aborda la discapacidad desde una perspectiva inédita en la narrativa latinoamericana. · Salud mental como pandemia oculta Mendoza subraya la crisis emocional posterior a 2020 y la necesidad de nuevos lenguajes para nombrar la ansiedad, la auto-medicación y la sensación de irrealidad colectiva. · Realidad versus percepción Con guiños a Crip Camp y al mito de Ulises, la historia muestra cómo los personajes buscan otra dimensión a través del amor, las drogas y la imaginación, planteando si la locura es una fuga o una forma de lucidez. · Bogotá como escenario distorsionado Calles, centros comerciales y hospitales se describen con un realismo sucio que se quiebra en momentos oníricos, recordando el real marvelous de Cabrera Infante pero en clave cyberpunk andina. · Gran lanzamiento regional Presentada en la FILBo 2025, la novela llega con fuerte campaña en redes, audiolibro simultáneo y opción de serie limitada en desarrollo. · Fidelidad y renovación del público de Mendoza Mantiene la crítica social y el pulso narrativo de Satanás y La melancolía de los feos, pero empuja el registro fantástico hacia territorios más experimentales, ampliando su base de lectores jóvenes. En suma, Vírgenes y toxicómanos es un viaje incómodo y magnético por las fronteras de la cordura: un libro destinado a generar discusiones sobre cómo habitamos nuestros cuerpos y nuestras ciudades en tiempos de desamparo emocional.

Vírgenes y toxicómanos

$29.900,00
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Antón Echeverry es un prestigioso abogado y defensor de derechos humanos que vive en el centro de Bogotá con su hijo Martín, un brillante estudiante de sociología que quedó parapléjico tras un accidente. El frágil equilibrio familiar se quiebra cuando la esposa de Antón muere en circunstancias confusas: la policía habla de suicidio, pero él sospecha de algo más turbio. Atrapado entre la culpa, el duelo y un insomnio feroz, Antón empieza a percibir la ciudad como un territorio alucinado donde la realidad se fisura a cada paso. Martín pasa las tardes fumando marihuana con su compañero Rodolfo, un hacker autodidacta que también vive con discapacidad física. Juntos se autodenominan la tristeza de Dios y sueñan con fundar una comunidad secreta en la que la ternura, el sexo y la alteración de los sentidos sean armas para sabotear la violencia estructural que los margina. Inspirados por lecturas de Artaud y la contracultura psicodélica, diseñan un manifiesto que mezcla ensayo, poesía y planes de acción directa. Su obsesión: hallar una puerta hacia lo desconocido que les permita reinventar el mundo y, de paso, sus propios cuerpos. Cuando Antón descubre el cuaderno donde su hijo describe esa utopía clandestina poblada de vírgenes masculinos que nunca han podido practicar su deseo y toxicómanos fatigados de anestesiar el sufrimiento comprende que la depresión de Martín es más honda de lo que pensaba. Movido por el pánico a perderlo, decide aferrarse a la única intuición que lo mantiene con vida: si queremos salvarnos, hay que atravesar la locura hasta el otro lado. Así se embarca en un viaje nocturno por hospitales psiquiátricos abandonados, sótanos de dealers y templos evangélicos donde se promete curar la discapacidad con fe. En paralelo, la narración intercala capítulos oníricos diarios de Antón escritos bajo haloperidol, visiones de ángeles con prótesis metálicas, videoclips que Martín sube al darknet hasta que los límites entre delirio y vigilia se diluyen. El clímax estalla en la Feria del Libro de Bogotá, donde padre e hijo irrumpen con su manifiesto y provocan un escándalo mediático que obligará a Antón a decidir si abraza la nueva realidad fluida de Martín o si regresa a la cordura oficial, aun sabiendo que quizá sea la mayor de las mentiras. Con su mezcla característica de hiperrealismo bogotano y pulsión fantástica, Mario Mendoza firma aquí la novela más extraña y visceral de su carrera: un retrato de la salud mental post-pandemia, la masculinidad herida y el deseo de crear comunidades radicales en un mundo que ya no admite futuros. Claves para entender su importancia: . La apuesta más arriesgada de Mendoza El autor confiesa que es el libro más raro y extraño que ha escrito: fusiona thriller urbano, crónica social y pasajes casi psicodélicos para descolocar al lector. · Discapacidad y virginidad masculina El título alude a los dos protagonistas adolescentes: vírgenes y consumidores de cannabis que exploran el deseo fuera del guion heteronormado. La novela aborda la discapacidad desde una perspectiva inédita en la narrativa latinoamericana. · Salud mental como pandemia oculta Mendoza subraya la crisis emocional posterior a 2020 y la necesidad de nuevos lenguajes para nombrar la ansiedad, la auto-medicación y la sensación de irrealidad colectiva. · Realidad versus percepción Con guiños a Crip Camp y al mito de Ulises, la historia muestra cómo los personajes buscan otra dimensión a través del amor, las drogas y la imaginación, planteando si la locura es una fuga o una forma de lucidez. · Bogotá como escenario distorsionado Calles, centros comerciales y hospitales se describen con un realismo sucio que se quiebra en momentos oníricos, recordando el real marvelous de Cabrera Infante pero en clave cyberpunk andina. · Gran lanzamiento regional Presentada en la FILBo 2025, la novela llega con fuerte campaña en redes, audiolibro simultáneo y opción de serie limitada en desarrollo. · Fidelidad y renovación del público de Mendoza Mantiene la crítica social y el pulso narrativo de Satanás y La melancolía de los feos, pero empuja el registro fantástico hacia territorios más experimentales, ampliando su base de lectores jóvenes. En suma, Vírgenes y toxicómanos es un viaje incómodo y magnético por las fronteras de la cordura: un libro destinado a generar discusiones sobre cómo habitamos nuestros cuerpos y nuestras ciudades en tiempos de desamparo emocional.