Jean-Paul Daoust, Leandro Calle
Flores lascivas
Clarice | Nelson Specchia editor

Páginas: 84
Formato:
Peso: 0.088 kgs.
ISBN: 9786310001111

Daoust, es un poeta que no pasa desapercibido. Su sola presencia, irradia y despierta inquietud y admiración. ¿Es un dandy? Obedece a la doctrina de la elegancia y la originalidad, al decir de Baudelaire en El pintor de la vida moderna. Completamente alejado de la vulgaridad, de lo trivial, bajo la apariencia de la festividad hay profundidad y herida. No hay que olvidar que el mismo Baudelaire recuerda que el dandismo, es el último estallido de heroísmo en las decadencias. Y Jean-Paul Daoust pertenece a esa generación quebequense que adhirió a la contracultura en un mundo completamente decadente. Si realizamos una mirada de conjunto a su obra vamos a encontrarnos con el carácter festivo y celebratorio: cierto costado whitmaniano, de cantarse y celebrarse a sí mismo, muy amalgamado con el concepto del dandy, de hacer de su propio cuerpo y de su propia vida una obra de arte. Una de las celebraciones tiene relación directa con el cuerpo: Daoust, afirma que muchas veces se ha celebrado eróticamente el cuerpo de la mujer, pero es más difícil encontrar una poesía que cante al cuerpo masculino. El homoerotismo de estos poemas tiene que ver con esa celebración profunda del cuerpo; alejado del panfleto gay o la literatura de ocasión, en Jean-Paul Daoust hay autenticidad. Una autenticidad que molesta: nos encandila y, debajo del brillo de la fiesta, aparecen las preguntas profundas, la melancolía, la vejez, la muerte. Leandro Calle

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$9.850,00
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Jean-Paul Daoust, Leandro Calle
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Clarice | Nelson Specchia editor

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Daoust, es un poeta que no pasa desapercibido. Su sola presencia, irradia y despierta inquietud y admiración. ¿Es un dandy? Obedece a la doctrina de la elegancia y la originalidad, al decir de Baudelaire en El pintor de la vida moderna. Completamente alejado de la vulgaridad, de lo trivial, bajo la apariencia de la festividad hay profundidad y herida. No hay que olvidar que el mismo Baudelaire recuerda que el dandismo, es el último estallido de heroísmo en las decadencias. Y Jean-Paul Daoust pertenece a esa generación quebequense que adhirió a la contracultura en un mundo completamente decadente. Si realizamos una mirada de conjunto a su obra vamos a encontrarnos con el carácter festivo y celebratorio: cierto costado whitmaniano, de cantarse y celebrarse a sí mismo, muy amalgamado con el concepto del dandy, de hacer de su propio cuerpo y de su propia vida una obra de arte. Una de las celebraciones tiene relación directa con el cuerpo: Daoust, afirma que muchas veces se ha celebrado eróticamente el cuerpo de la mujer, pero es más difícil encontrar una poesía que cante al cuerpo masculino. El homoerotismo de estos poemas tiene que ver con esa celebración profunda del cuerpo; alejado del panfleto gay o la literatura de ocasión, en Jean-Paul Daoust hay autenticidad. Una autenticidad que molesta: nos encandila y, debajo del brillo de la fiesta, aparecen las preguntas profundas, la melancolía, la vejez, la muerte. Leandro Calle