Jorge Carrión
Geopolíticas
Añosluz Editora

Páginas:
Formato:
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9789874083203

Entre 2003y 2008 recorrí Argentina desde la Quebrada de Hurnahuaca ras'a Ushuaia; pasé largas temporadas en Titeara, Buenos Aíres en caminé y leí en Mendoza, en Corrientes, en Córdoba, en en el de la Luna y en los Esteros del Iberá. Es el país del mundo cuya mejor conozco; su literatura probablemente sea a la gue he dedicado mis horas de lectura. Desde gue regresé a Barcelona y durante cerca de diez arios, reseñé sistemáticamente libros provenientes de la otra orilla y di clases sobre sus clásicos. Pero su geopolítica literaria sigue siendo para misterio. Discutí sobre ella públicamente con Gonzalo a Quien frecuenté más tarde durante su fugaz estancia en mi ciudad, y en privado con buenos conocedores de sus dinámicas, como Jirnena Maxi Tomas, Juan Terranova, Matilde Sánchez, Andrés tleuman o María Negroni sin llegar nunca a entender sus razones. Ahora ya no me importan demasiado: he sido padre, he publicado algunos libros, he dejado de sentirme un poco argentino, leo con distancia, sé gue los sistemas literarios y la circulación de los libros son caprichosos y -en realidad- incomprensibles.

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Entre 2003y 2008 recorrí Argentina desde la Quebrada de Hurnahuaca ras'a Ushuaia; pasé largas temporadas en Titeara, Buenos Aíres en caminé y leí en Mendoza, en Corrientes, en Córdoba, en en el de la Luna y en los Esteros del Iberá. Es el país del mundo cuya mejor conozco; su literatura probablemente sea a la gue he dedicado mis horas de lectura. Desde gue regresé a Barcelona y durante cerca de diez arios, reseñé sistemáticamente libros provenientes de la otra orilla y di clases sobre sus clásicos. Pero su geopolítica literaria sigue siendo para misterio. Discutí sobre ella públicamente con Gonzalo a Quien frecuenté más tarde durante su fugaz estancia en mi ciudad, y en privado con buenos conocedores de sus dinámicas, como Jirnena Maxi Tomas, Juan Terranova, Matilde Sánchez, Andrés tleuman o María Negroni sin llegar nunca a entender sus razones. Ahora ya no me importan demasiado: he sido padre, he publicado algunos libros, he dejado de sentirme un poco argentino, leo con distancia, sé gue los sistemas literarios y la circulación de los libros son caprichosos y -en realidad- incomprensibles.