Javier Campos, Yevgeny Yevtushenko, Luis García Montero
Manzanas robadas - Antología
Visor Libros

Páginas: 144
Formato: 125 mm x 195 mm
Peso: 200.0 kgs.
ISBN: 9788498957754

YEVGENY Yevtushenko (Zima, Irkutsk, 1933), varias veces nominado al Premio Nobel de Literatura, es el verdadero maestro de la escuela poética posestalinista. Brillante y polémico portavoz de la Rusia del deshielo, ha realizado numerosos viajes al extranjero, cosechando clamorosos éxitos. Su poesía intenta tocar los puntos neurálgicos y dolorosos de la historia de su país, desde el resurgir del antisemitismo (Babi yar, 1961) hasta la omnipotencia de los burócratas. Otro tema de su lírica es el amor: un sentimiento siempre incierto y cambiante, en el que actitudes de desafío se alternan con momentos de timidez y soledad. Él mismo ha dicho que es un poeta para los que no son poetas, y si no pudo cambiar Rusia como había soñado, sí ayudó de manera considerable a descongelar el hielo de su época.

Manzanas robadas - Antología

$26.150,00
Manzanas robadas - Antología $26.150,00
Compra protegida
Tus datos cuidados durante toda la compra.
Cambios y devoluciones
Si no te gusta, podés cambiarlo por otro o devolverlo.

Javier Campos, Yevgeny Yevtushenko, Luis García Montero
Manzanas robadas - Antología
Visor Libros

Páginas: 144
Formato: 125 mm x 195 mm
Peso: 200.0 kgs.
ISBN: 9788498957754

YEVGENY Yevtushenko (Zima, Irkutsk, 1933), varias veces nominado al Premio Nobel de Literatura, es el verdadero maestro de la escuela poética posestalinista. Brillante y polémico portavoz de la Rusia del deshielo, ha realizado numerosos viajes al extranjero, cosechando clamorosos éxitos. Su poesía intenta tocar los puntos neurálgicos y dolorosos de la historia de su país, desde el resurgir del antisemitismo (Babi yar, 1961) hasta la omnipotencia de los burócratas. Otro tema de su lírica es el amor: un sentimiento siempre incierto y cambiante, en el que actitudes de desafío se alternan con momentos de timidez y soledad. Él mismo ha dicho que es un poeta para los que no son poetas, y si no pudo cambiar Rusia como había soñado, sí ayudó de manera considerable a descongelar el hielo de su época.