Jean Bollack
PIEDRA DE CORAZON
ARENA

Páginas:
Formato:
Peso: 0.3 kgs.
ISBN: 9788495897039

«Aquí tienen, como recuerdo de su amistad y de su hospitalidad, este poema recogido en Baneuil, cerca de Baneuil. Lo acompaño de una mirada serena, libre.» Paul Celan «No se podrá decir que el poeta vive en una torre, su propia torre. Sólo existe aquella, la de “al lado”, en la que se encuentra, en la que no vive, y contra la cual ha acogido mil años de no-torre.» Jean Bollack «Para un poeta cuyos padres han sido muertos en campos alemanes y que afirma su judeidad como lo hace Celan, ni Auschwitz ni los horrores nazis son, como piensa Holthusen, un “tema” que se trataría en un poema y en otro no. Celan contradice la frase, tan a menudo citada, de Adorno, según la cual después de Auschwitz ya no se pueden escribir más poemas, y lo hace con una obra lírica en la que Auschwitz se encuentra presente incluso donde Holthusen no ve “el tema” tratado “de un modo expreso”.» Peter Szondi «Le Périgord», el poema cuyo pormenor se analiza en Piedra de corazón, se escribe con ocasión de una visita de Paul Celan en agosto de 1964 al castillo de Baneuil, en el Périgord. Se trata del testimonio de un encuentro, difícil y fecundo, entre aquel que había «venido de lejos», tal como dice el poema, de la lejana y desgraciada Bucovina, antaño rumana, hoy ucraniana, y un viejo país de civilización meridional, de colinas, de viñas, de castillos y de campos de tabaco. Un viejo país marcado, a ojos del poeta, por la estancia de Hölderlin en 1802. En «Le Périgord» no es difícil oír un eco voluntario del «Andenken» de Hölderlin, compuesto en honor a esta región; aunque se trata, a decir verdad, de un eco crítico, ya que Celan lo asocia inevitablemente a la cultura alemana de la Heimat, que lleva a su vez también inevitablemente a Heidegger. Jean Bollack expone con la atención del amigo («Le Périgord» está dedicado a su mujer y a él) y del filólogo los diferentes estratos que su hermenéutica permite encontrar en cada una de las palabras-metáfora, palabras-frase, palabras-cristal de Celan, oscuros condensados de experiencia. «El pasado en el que se arraiga el origen de la destrucción de los judios se lee en los robles y en la “piedra”, y en la estrella que centellea encima», escribe Bollack. Esta oda nos permite asistir, pues, a la transfiguración del familiar paisaje del Périgord en «Péri-gord» («piedra de corazón»), en donde el poeta lleva siempre el duelo de los muertos en los campos de concentación : «El canto se ve importado a un país de sol, pero permanece marcado por el duelo. La tierra abrasada toma un color de ceniza». En este libro se entrelazan las informaciones de tipo personal con el método filológico atribuido tanto a Jean Bollack como a Peter Szondi. Un método que no se contenta con generalidades acerca de la condición humana, sino que se dedica a a señalar la importancia de las alusiones biográficas o de las circunstancias, que suelen considerarse el “afuera” del texto: «La comprensión de la “hermenéutica” reposa en la acepción de esa continuidad, escritura de un único texto o “libro” que se reescribe y se hace explícito desde dentro, de un poema a otro». La edición original francesa de Piedra de corazón apareció en 1991. De aquella edición a la presente castellana el texto ha aumentado considerablemente, fruto del trabajo conjunto del traductor, Arnau Pons, con el propio Jean Bollack. Colaboración de la que se puede decir que ha nacido un nuevo libro.

PIEDRA DE CORAZON

$28.416,00
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«Aquí tienen, como recuerdo de su amistad y de su hospitalidad, este poema recogido en Baneuil, cerca de Baneuil. Lo acompaño de una mirada serena, libre.» Paul Celan «No se podrá decir que el poeta vive en una torre, su propia torre. Sólo existe aquella, la de “al lado”, en la que se encuentra, en la que no vive, y contra la cual ha acogido mil años de no-torre.» Jean Bollack «Para un poeta cuyos padres han sido muertos en campos alemanes y que afirma su judeidad como lo hace Celan, ni Auschwitz ni los horrores nazis son, como piensa Holthusen, un “tema” que se trataría en un poema y en otro no. Celan contradice la frase, tan a menudo citada, de Adorno, según la cual después de Auschwitz ya no se pueden escribir más poemas, y lo hace con una obra lírica en la que Auschwitz se encuentra presente incluso donde Holthusen no ve “el tema” tratado “de un modo expreso”.» Peter Szondi «Le Périgord», el poema cuyo pormenor se analiza en Piedra de corazón, se escribe con ocasión de una visita de Paul Celan en agosto de 1964 al castillo de Baneuil, en el Périgord. Se trata del testimonio de un encuentro, difícil y fecundo, entre aquel que había «venido de lejos», tal como dice el poema, de la lejana y desgraciada Bucovina, antaño rumana, hoy ucraniana, y un viejo país de civilización meridional, de colinas, de viñas, de castillos y de campos de tabaco. Un viejo país marcado, a ojos del poeta, por la estancia de Hölderlin en 1802. En «Le Périgord» no es difícil oír un eco voluntario del «Andenken» de Hölderlin, compuesto en honor a esta región; aunque se trata, a decir verdad, de un eco crítico, ya que Celan lo asocia inevitablemente a la cultura alemana de la Heimat, que lleva a su vez también inevitablemente a Heidegger. Jean Bollack expone con la atención del amigo («Le Périgord» está dedicado a su mujer y a él) y del filólogo los diferentes estratos que su hermenéutica permite encontrar en cada una de las palabras-metáfora, palabras-frase, palabras-cristal de Celan, oscuros condensados de experiencia. «El pasado en el que se arraiga el origen de la destrucción de los judios se lee en los robles y en la “piedra”, y en la estrella que centellea encima», escribe Bollack. Esta oda nos permite asistir, pues, a la transfiguración del familiar paisaje del Périgord en «Péri-gord» («piedra de corazón»), en donde el poeta lleva siempre el duelo de los muertos en los campos de concentación : «El canto se ve importado a un país de sol, pero permanece marcado por el duelo. La tierra abrasada toma un color de ceniza». En este libro se entrelazan las informaciones de tipo personal con el método filológico atribuido tanto a Jean Bollack como a Peter Szondi. Un método que no se contenta con generalidades acerca de la condición humana, sino que se dedica a a señalar la importancia de las alusiones biográficas o de las circunstancias, que suelen considerarse el “afuera” del texto: «La comprensión de la “hermenéutica” reposa en la acepción de esa continuidad, escritura de un único texto o “libro” que se reescribe y se hace explícito desde dentro, de un poema a otro». La edición original francesa de Piedra de corazón apareció en 1991. De aquella edición a la presente castellana el texto ha aumentado considerablemente, fruto del trabajo conjunto del traductor, Arnau Pons, con el propio Jean Bollack. Colaboración de la que se puede decir que ha nacido un nuevo libro.